Un Grito de Corazón. Parte II - La Batalla Final


La tarde anterior a la última batalla, Deportivo Rejunte se había encontrado con que el Tribunal de Disciplina lo ponía en lo más alto de la tabla con tan sólo una fecha por delante. La avivada de Mariano más la coordinación del resto de rejunteros hicieron posible que, cual Rey Salomón, los jueces fuera de la cancha hicieran justicia y decretaran el triunfo frente a Enfiestados por aplicación del Reglamento.
A nadie le importó el cómo, pero eso no puede hacer olvidar que la kermés no estaba en esa posición porque le dieron una mano o porque fue puesto a dedo. El borracho se ganó cada uno de los puntos anteriores adentro de la cancha, con huevos, actitud, disciplina, buen fútbol y sacrificio,  por lo que nadie, pero nadie, podía discutir la legitimidad de la punta del campeonato, aún cuando muchos quisieron meterle el cuento de la dignidad y de los códigos futboleros, códigos que, dicho sea de paso, también dicen que cocodrilo que se duerme es cartera, y Rejunte también es líder en no dejarse tocar el culo. En síntesis, el pensamiento del borracho es “Si me ganás, hacelo bien y sin cagarme”. Así lo hicieron Enrique, Baldoseros y  Bolilla III (nadie más??), pero el verdinegro no se deja prepotear por nadie, y así como Herno le dijo a más de uno “te peleo con la cabeza”, esta vez no iba a ser la excepción y con la cabeza ganamos esos tres puntazos.
Difícil era dormir en la madrugada, con tantas sensaciones dando vuelta en la cabeza de cada rejuntero. Por un lado, se había asegurado el cuarto puesto, pero no había (ni hay aún) certezas oficiales de que asciendan más que los primeros tres. Eso implicaba el enorme desgaste mental que significaba saberse virtualmente ascendidos, pero sin la confirmación definitiva. Sin embargo las felicitaciones iban y venían por WhatsApp y todos festejaban lo que para un equipo tan sufrido ya era una verdadera hazaña. Encima, al día siguiente debía jugarse contra un equipo con chances reales de ascender, por lo que la cabeza esta vez tenía que estar fría y el corazón caliente, sin perder ni una ni el otro.
El alba encontró a cada integrante del equipo con una única certeza: para salir primeros había que ganar o ganar, y para eso había que dar, una vez más, todo lo que les quedaba dentro.
La calurosa mañana en Ciudad Universitaria invitaba a saborear la gloria. Se la olía, estaba flotando en el aire, se notaba en la confianza que cada player traía consigo. El semblante de los jugadores era totalmente diferente al de nueve días antes en cancha cinco: las bromas volvieron a tener lugar en la previa y la cercanía del encuentro iba poniendo al equipo en modo guerrero. Probaron Feli y Planta con el Profe porque nadie quería perderse el encuentro y se destaca el enorme esfuerzo que ambos hicieron para llegar y como acompañaron cuando sabían que no tenían chances físicas de jugar.
Beto, sabedor de que en el partido anterior faltó determinación, dio una charla emocionante en la que sólo pidió tranquilidad y compromiso, además de hacer una pequeña variante táctica que resultó fundamental.
Se sumó Feli en la arenga final, dijo cuatro veces la palabra “nada” en 40 segundos y  destacó que había que matarse por el compañero para ganar, y Rejunte salió a comerse el campeonato con este once inicial:
             Mariano
Colo   Herno Ciarlo Mauro
Javi Fede Jack Juan
     Perro   Mosca

Arrancó entonces el encuentro y Rejunte fue granítico por donde se lo mire. El movimiento de ajedrez de enrocar a Fede con Javi daba frutos, porque la banda era nuestra y principalmente porque el hijo del viento gélido se hizo patrón del mediocampo a base de parar la pelota, pensar y tirársela al compañero mejor ubicado. O sea, a base del fútbol que lleva en la sangre. Parece que las quinientas veces que en la semana escuchó “Fede, por favor pará una pelota” le hicieron efecto, porque manejó los hilos a su antojo e hizo que el ritmo lo pusiera Rejunte, tocando con el griego, Juan o Javi sin distinción .
A eso hay que sumarle la descomunal tarea de Jack, ya que el griego jugó sus mejores minutos del torneo justo cuando más se lo necesitaba. Raspó, cortó y jugó, encarando siempre y siempre ganando, por lo que hasta ese momento era la figura indiscutida de la cancha.
Atrás, la defensa estaba sólida, y sólo sufrió un par de veces cuando la agarraba el chiquitito con la nueve rival, pero fue cuestión de tomar la marca más firme para que nada pasara. En la única que Vuriclub tuvo en la etapa tras un pase filtrado en medio de la zaga central, Volcán ratificó que se convirtió en arquero de equipo campeón saliendo a matar o morir con los pies y llegando antes que el delantero para mandarla al lateral. Estaba inspirado Mariano, tal vez por la presencia femenina en las gradas, a quien quiso impresionar haciendo un paso de comedia sacándose el dedo de lugar como para que la niña dijera ohhh, que fuerza de voluntad, va a jugar con un dedo menos. No pasa nada querida, jugó otras 18 fechas casi sin manos y acá estamos.
Arriba, se notaba que la chance estaba al caer porque tanto Mosca como Perro estaban precisos en los pases y en los desmarques, así que era cuestión de esperar.
La primera llegó luego de un error rival, cuando se la tocan hacia atrás al arquero y éste la toma con la mano en el vértice del área chica. El indirecto fue tomado por Ciarlo que no le pudo dar toda la rosca necesaria y la pelota se fue besando el ángulo. En realidad le pegó horrible y en el banco dieron que Nico Plantita Ruiz le pega mejor, pero no queda bien decirlo respecto de un tipo que vino a jugar hasta con una rodilla menos.
No faltaba mucho para abrir el score, porque tras una gran habilitación de primera de Perro para Mosca, el Canario encaró hacia el área y cuando le salía el arquero definió abajo, cruzado, pero la bola fue amortiguada por el golero y salió para el medio del área, hasta donde había corrido el goleador verdinegro con olfato asesino. El can paró entonces la pelota y otra vez, como  en varias fechas, no tuvo mejor idea que amagar, hacer pasar de largo a uno, a otro y ahí recién definir con el arco vacío  para bajar los huevos de la garganta al pueblo fluorescente. 1-0 y tranquilidad para rejunte que siguió buscando estirar la ventaja.
Casi lo consigue cinco minutos después, cuando tras un saque de arco largo de Mariano, la pelota sobra a la defensa y le queda nuevamente a Mosca sólo frente al arquero a la altura de la medialuna. Esta tiene que ser, se dijeron los rejunteros en el banco y se aprestaron a festejar, pero el mosquito le dio peor que Higuaín contra Alemania (la jugada fue igual) y la pelota se fue al lado del palo.
Beto se quería cortar las pelotas pensando que en cualquier avance nos podían empatar de culo, como suele ocurrir cuando desperdiciás oportunidades, pero el trámite del partido no demostraba posibilidades de que eso ocurriera.
Una más tuvo Rejunte en el primer tiempo y nuevamente fue de la mano del diez, que ganó una pelota sobre la derecha adentro del área, y con el arquero vencido intentó tirarla con comba al segundo palo pero otra vez el tiro se fue afuera.
Nada más pasó en la etapa, el equipo estaba bien parado en todas la líneas y no hubo necesidad de meter mano, por lo que los mismos once salieron a jugar los 40 minutos más importantes del torneo.
Cambió mucho la mano en el complemento, porque Vuriclub, conjunto de pendejos trasnochados que se reían entre ellos, se sacó de encima toda presión y perdido por perdido empezó a jugar muy bien al fútbol dominando a Rejunte que se replegó demasiado.
El medio ya se había perdido fruto del esfuerzo descomunal del primer tiempo, las marcas ya no asfixiaban y el rival tenía espacio y tiempo para jugar. Sin embargo, sobre los 10 Rejunte pudo aumentar tras un gran pase filtrado para Mosca que esta vez si, lo iba a meter. El árbitro ya estaba anotando en su libreta gol del 10, pero no!!! El hincha de Luján definió cruzado nuevamente desde la derecha y otra vez la pelota se fue mansita sobre el costado.
No era la tarde para el gol de Mosca, que pese a tooooodo eso hizo un buen partido, por lo que fue reemplazado por el Gato a quien Beto solamente le dijo: entrá y enseñales a estos pibes a definir.
Rejunte no podía hilvanar dos jugadas seguidas, el nerviosismo se apoderó de los jugadores, y se potenció al ver que Tioca- Baldoseros no arrancaba en la cancha de al lado y encima cayeron los de Esa Estrella era mi lujo a alentar a Vuriclub y bardear mal a los rejunteros por la forma en que llegaron a la punta. Los gritos de escritorio, dignidad, contales a tus hijos estaban cargados de odio, bronca e impotencia, y fueron in crescendo a medida que pasaban los minutos.
Beto se la jugó entonces al mandar al Negro a la cancha a ver si se calmaban los ánimos y tratar de llevar tranquilidad a los rejunteros que ya no sabían como acelerar el reloj.
Los minutos pasaban, entró Pablo por Fede y a muy poco del final inició la jugada que quedará para la historia: peligro en campo rejuntero y el más chico de los Martínez, tal vez contagiado por el efecto Simi (la jugada se daba en el sector del 3), en lugar de mandarla al lateral quiere salir jugando con un sombrero, un pase o un control raro, pero lo cierto es que la pelota deriva en un bochazo al área propia que es rechazado por Ciarlo o por Herno.
El despeje sale bombeado hacia el 8 rival, quien sabe que está a punto de quedarse sin hígado, porque como dos toros embravecidos salieron a apurarlo el Negro y Jack, los dos juntos cuando quedaban 2 minutos para el final. Muchos se quedaron con el pase posterior al Gato, pero el hecho de que fuera el Negro, tal vez el jugador con peor condición física del plantel, junto al griego (uno de los mejores en el rubro estado físico) quienes salieran disparados a apretar con el cuchillo entre los dientes al rival, resume un poco los motivos que llevaron a Rejunte a estar donde estaba: todos, desde el más atlético hasta el más lesionado de la historia rejuntera, fueron a comerse al pibito que sólo pudo parar mal la bola, asustarse por la cara de loco de los dos rejunteros que iban hacia él y aflojar la patita.
Los que no aflojaron fueron los verdinegros. El Negro llegó una milésima antes y robó el balón, escuchó que el Gato le marcaba el pase con un “larga Negro, larga”, y como si se acordara de algo de esto que se llama fútbol, la comba perfecta de tres dedos (o el rechazo, según Ciarlo) pasó al cuatro rival y el eterno Stone tuvo que luchar cuerpo a cuerpo para ganar con la experiencia a un pibe con varios años menos y unos cuantos kilos más.
Pero en ese duelo desigual ganó Lion-O tirando el carro de la viveza encima, con un movimiento de brazo se sacó de encima a su marcador y enfiló para el arco contrario.
Si, Gato, sí, Gato!!!
El grito de Manu se escuchaba hasta en cancha 7, porque el delantero se aprestaba a enfrentar al arquero. La filmación de la jugada es magistral, con el plano que se va inclinando a medida que el rubio rejuntero se acercaba al último escollo. El último defensor quiso cerrar y fue a apurar con el cuerpo, pero nada amedrentó al genio que frotó una vez más la lámpara, abrió el pie y sabiendo que el arquero achicaba bien por abajo se la tiró por arriba, a media altura, para ahí si, desatar el mayor descontrol de festejo de gol que se recuerde. Fede festejaba al  borde de las lágrimas, Mosca revivía pensando que nadie lo mataría ahora y que nadie le sacaría el título que se planteó hace varias fechas cuando dijo: si ganamos todo somos campeones, estando a 6 puntos y quintos. Por eso se metió en la cancha, la cruzó toda y se la fue a gritar in your face a los ya humillados de Esa Estrella, que a esa altura no eran más que pequeños cometas a punto de desintegrarse al entrar al planeta Rejunte.
El Negro, que había dejado lo último que le quedaba de aliento en la jugada, se abrazaba con Mauro que volvía sin poder creerlo. Gato había sido sepultado cerca del córner por una montaña de rejunteros que fueron abrazarlo, Ciarlo les hacía señas de cerrá el pico a los de Esa Estrella, Colo les recordaba el 2-0 de cuatro fechas antes, Hernán los reputeaba de arriba abajo y otra vez el Gato, que había resurgido de la montaña humana, tuvo tiempo para hacerle el gesto de los cogimos bien cogidos (dedo en círculo penetrado por el índice de la mano contraria).
Ni hablar de Mariano, que quiso aprovechar la distracción general para pedir el Facebook de la hermana de Juan (quien no la incluyó en su declaración jurada), pero Papádejuan lo miró feo y retrocedió cual perrito asustado. Parece que los únicos códigos que conoce Atila son los de Afip.
Faltaba nada para el final, pero Vuriclub quería seguir asediando. El árbitro ya había dado 3 minutos y el partido estaba en tiempo cumplido, pero un nuevo centro al área propia terminó en un córner desde la derecha. Terminalo, dejame festejar, le decían los rejunteros al árbitro, que viendo tanta emoción por años contenida, dejó patear el tiro de esquina, un borracho rechazó y con la pelota en el aire pitó el final.
El dale Campeón, dale Campeón retumbó tan fuerte que los pájaros del pantano (lugar de míticas reuniones rejunteras acompañadas de choris, fernet y cáñamo sagrado) salieron en bandada para avisarle a todo el mundo que Rejunte se los había garchado a todos de parado, con una arremetida final impresionante, con 27 puntos de 33 en juego en las últimas once fechas que lo ponían definitivamente en la cima del Olimpo.
La emoción que sintieron los rejunteros no tiene punto de comparación deportiva, porque se vivió con el alma, con el corazón, con cada centímetro cúbico de sangre verdinegra que llevan dentro los jugadores, sangre que se contagió a los fieles seguidores, presentes físicamente o en las redes, que se contagió a Beto, artífice indiscutido del orden con el que Rejunte jugó casi todo el torneo, tomando decisiones antipáticas a veces y dolorosas para él mismo, pero que todos supieron aceptar porque entendieron que era por el bien del equipo, además de reafirmar lo que desde el inicio se dijo: el torneo es largo, todos tendrán sus chanches de jugar y así fue, todos pudieron jugar partidos enteros y entrar cuando se pudo e incluso cuando se necesitó. Prueba de ello es el final en cancha de Néstor, Pablo y el Negro, quienes recibieron el premio a la perseverancia y Beto los mandó a jugar aún con el resultado sin cerrar. Mención aparte para Planta, titular indiscutido que quedó al margen por su lesión y para Pela y Axel, que alternaron durante todo el año y siempre apoyaron cuando no jugaron y cuando lo hicieron fueron fundamentales (el aguante del Pela en la resistencia contra Esa Estrella y la guapeada de Axel para pelear lo que a la postre sería el segundo grito mas festjado en la historia rejuntera al dar vuelta 0-2 vs. Reseristas son para poner en un cuadrito).
Los festejos siguieron un buen rato a pura pirotecnia, gritos, cerveza y hasta un shampú se descorchó bajo los árboles que dan a Lugones, previa felicitación recibida por parte de los amigos de Cosa Nostra, eterno rival que genuinamente saludó con buena onda. La emoción era el denominador común y los rejunteros no se querían ir más. Pero faltaba ponerle la frutilla del postre a toda esta locura: Mosca la ideó y todo el equipo enfiló hacia la confitería, en la cual seguramente estarían los rivales que si nos hubieran ganado hubiesen sido campeones (no los voy a nombrar nunca más en ninguna crónica pero ustedes saben de quienes hablo). Efectivamente al llegar, empezaron los primeros abucheos de los cebollitas, pero rápidamente fueron callados por un grito gutural que decía más o menos así, con ritmo de la canción de Clemente en el Mundial 78:

Llegan los Campeones de la C,
Llegó…..Rejunte
Traigan vino y traigan fernet
Che maleducado ponete de pie.

Los neutrales festejaron la humillación del segundo que ante los hechos consumados nada podía ya decir, más que mancarse mirar de afuera como el verdadero, el único campeón festejaba cada vez más fuerte.
El festejo se hizo eterno y se prolongó varias horas más, cuando cada rejuntero partió hacia sus hogares con la satisfacción del deber cumplido, con la alegría de haber superado todas las expectativas, pero principalmente con la convicción de que sin este grupo humano no se hubiera llegado a lo que llegamos, porque sin lugar a dudas, todo se hace más facil cuando el rival tiene a todo un equipo enfrente y no sólo a once jugadores de fútbol, cuando cada derrota duele y da sed de venganza, cuando cada triunfo hace creer que se puede, cuando jugás con tus amigos, como lo hacías cuando eras pibe.
Salud, campeones!!!

Continuará con las sensaciones personales del redactor.

Puntajes de Elio Amarrete Rossi



 Mariano 7. No le llegaron mucho pero cuando tuvo que intervenir lo hizo muy bien. Jugó con el dedo machacado y se la aguanto como un campeón
Coló 7. Los delanteros eran rápidos pero el colo domino casi todas las situaciones. Alguna que otra demás por ahí pero siempre bien parado
Herno 7: muy seguro. bien anticipando y sacando al equipo.
Leo 7. El ¿retirado? Viejo rejuntero la banco muy bien con mucho oficio.
Mauro 6: siempre cumple, mucho sacrificio y voluntad. Ganó más de las que perdió.
Javi 6: partido más que correcto del PF. Siempre corriendo y tratando de jugar. Los de esa estrella se enamoraron de su culito. Ojo javiiiii que te pongo tiradores
Fe e 7: hermoso partido del joven nro 11. Pidiendo la pelota y asistiendo a los delanteros con esa zurda mágica.
JACK 7.5. Siempre la tiene un poquito más pero como disfruta la redonde en los pies del griego. Mucho huevo para correr y recuperar, y mucho fútbol para jugar.
Juan 6: al joven hermano de Euge, no le salieron bien las cosas. Trató pero no pudo meterse en el partido. Suma medio punto y todos sabemos porque.....
 Perro 7: nonpodes terminar de otra manera que marcando el camino al campeonato. Siempre bien parado. No tuvo muchas pero como siempre las pelea todas y una te la manda a guardar
Mosca 5: tuvo muchas muchas oportunidades y no le salió una. Salvo en el gol del perro la "asistencia"?? Corrió una bocha en defensa que le sube medio punto.
Gato 7: entró y todos  pensamos que alguna iba a tener. Parecía desenchufafo del partido, pero cuerpeo como Slatan y definió como CR7. Gol y a festejar. Gracias Cat.
Negro Cesar 7: Entró para tenerla y parecía que una caída le jugaba una mala pasada a su tobillo, pero el negro es Muy Grande y dio un pase Bochinesco tres dedos que aplaudió toda Ciudad y disfrutó todo Rejunte.
Pablo 6 entró para no tirar la pelota al lateral y que venga la jugada del segundo gol. Crack
FELI 6:  lo más importante es que se exigió y no dolió. Pudo estar en el último partido. Le metió mucho sacrificio, como siempre. "Por el compañero"






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