El día D. Con D de "devolvé los puntos, puto"


Algunos dicen que vino del norte, desde el impenetrable del Chaco. Otros, que seguramente lo hizo desde Villa Huemul, en el sur.
Los más modernos piensan que vino en barco, posiblemente desde China.
Pero todos saben que él estaba destinado a ser protagonista de algo grande. Desde pequeño, a lado de su mamá, fue viendo como al llegar a cierta edad los poderosos venían y se llevaban a los de mayor talento.
Él, paciente, pensaba cuando le tocaría el turno y para que hazañas estaba destinado. Los años pasaban y nadie lo elegía, por lo que iba perdiendo las esperanzas, hasta que un día por fin vinieron los poderosos y se lo llevaron a su campo de entrenamiento secreto.
Allí lo pulieron, le dieron clase, le enseñaron que algún día sería importante en la vida de los demás.
Y lo mandaron así, fresquito, a Ciudad Universitaria. Se hizo amigo de Ramón, el encargado de fútbol, y mate va, mate viene, el martes 6 de diciembre el gran Raymond le dijo: Preparate, mañana te convertís en héroe.
Él se miró la pilcha, las rayas en el cuerpo y se palpó la firmeza de sus piernas. Estaba todo ok. El miércoles era el día. El día en que Escritorio hizo justicia.
El día en que Deski se convirtió en la mascota rejuntera para siempre.


Jueves 1 de diciembre por la mañana. Silencio de radio en el grupo de Deportivo Rejunte 2016. El equipo está golpeado por la derrota frente a Enfiestados que le sacó la chance de seguir dependiendo de si mismo para ser campeón, un sueño que nadie quiere nombrar pero que todos los que estuvieron en cancha 5 dos noches antes guardaban casi en secreto.
De nada sirven los mensajes de aliento del capitán sin cinta Ciarlo, que más allá de lo que pensaba sobre la chance perdida, el miércoles post derrota metía fichas arengando al grupo y diciendo que no pasaba nada, que Rejunte ascendería de todos modos. Pero ni él estaba seguro.
Era tal la amargura reinante que a las 10.21 del jueves nadie había escrito ni media palabra, por lo que el capitán con cinta se puso los cortos y dijo “Es un velorio este grupo”, y sólo hubo respuesta con chiste de humor negro del capitán sin cinta.
Pero de repente, como un fantasma que acecha en las sombras aparece una foto y un mensaje a las 11:11(vaya número), con la leyenda: “Che, jugó este?”.
Era Mariano, alias Volcán, Vulcano, Atila, The Stalker, que como durante 18 fechas miró todos los jueves las actas del Tribunal de Disciplina y descubría que habían publicado una sanción para un jugador de Enfiestados por su partido anterior.
Enseguida, Planta, Mauro, Mosca lo reconocieron porque dicen que “era el más facherito” y que efectivamente había jugado. Pero también enseguida Leonardo “Positivo” Ciarlitto dijo dejense de joder seguro firmó con otro carnet, apoyado por Planta en su comentario.
Volcán, zagaz, dijo que había que averiguarlo, y Herno pidió al Negro que llamara a Ramón para preguntar si un tal Llovet había jugado.
El Negro, que iba manejando por temas laborales puteó porque justo era el día que tenía que laburar en la semana y porque ya le daba realmente vergüenza llamar a Ramón para preguntarle cosas y pedir favores, así que ensayó, como buen abogado, una respuesta al aire y sin pensar: No, ya fue, si no había sanción todavía, no jodan, además el reclamo se hace en el momento sino no te dan bola.
Pero como suele pasar, su propia respuesta no lo convenció, paró el auto al costado de la ruta y se metió a ver el reglamento. Y ahí apareció la niña bonita de este campeonato, hermosa y deslumbrante estaba la normativa que llevaba el número 15 en la espalda para decir básicamente que jugador expulsado no puede volver a jugar hasta que el Tribunal se expida.
Luego de dar la razón a Mariano y a Hernán por sus correcciones iniciales, el Negro dijo ok, hay que hacer algo, el capitán preguntó hasta que horas se podía ver las planillas, dejó a un obrero colgado de una viga pidiendo el jornal y se rajó para Ciudad Universitaria.
Llegó empapado en sudor, nervios y ansiedad, y encima Ramón no estaba en su oficina. El histórico Ancho se volvió loco y empezó a recorrer el sector buscando una señal de que Raymond no se había esfumado y hasta pidió en la oficina de Deportes que lo llamaran por celular.
El requerido dijo que en cinco minutos llegaba, Herno respiró y le rezó a San Calamar que Lautarito Llovet hubiera firmado la planilla. En menos del tiempo indicado, la confirmación llegó en forma de garabato: el jugador expulsado había jugado con su propio nombre, por lo que el capitán hizo el reclamo formal en el momento, y se mandó una antológica: Él mismo, cual escribano, dio fé de que había visto la planilla “con Ramón”. Foto mediante al grupo rejuntero, los borrachines explotaron de júbilo hasta que apareció la voz de la experiencia de Positivo Ciarlitto preguntando si con esto nos salvábamos del descenso y diciendo que seguro que nos cogía igual el Tribunal.
El Negro, mientras tanto, canceló todos sus 27 compromisos laborales y se fue a la casa, recordando cuando cualquier excusa era buena para faltar a la facultad, tomó su notebook y empezó a hacer el descargo más rebuscado que se hubiera presentado ante el Tribunal.
Ahora el tema era quien lo llevaba. Y ya que el día siguiente sólo tenia un casamiento a la mañana en Mariano Acosta, a 45 km de Ciudad, decidió llevarlo el propio Sr. Oscuro.
Viernes 2, 8:00 hs, sale para Ciudad y la autopista y Gral. Paz eran un caos, como si todos los demás equipos se hubieran confabulado para hacernos las cosas más difíciles pagando extras que manejaban impidiendo el paso raudo. Encima, Ramón otra vez no estaba en su oficina, por lo que el Negro fue a la oficina de Fútbol a preguntar, y ahí estaba EL hombre, tomando mate mientras hacía unas planillas.
El mensajero rejuntero le recordó quien era, Ramón lo miró como diciendo “ahh, vos sos el que todas las semanas me rompe las bolas por algo distinto y después manda mails chupando culo”. Y el Negro lo miró con cara de “Si. Soy el mismo y si todo eso sirve para que ascendamos te chupo la chota con dulce de leche si querés”. Por suerte no hizo falta o al menos no lo notificaron de que deberá cumplir.
La cuestión es que quedaron los dos reclamos formalmente presentados, y a esperar, lo cual por otro lado vino bien porque el equipo se distrajo y se olvidó de la presión de tener que sumar sí o sí para asegurar al menos el quinto puesto (aunque nunca fue oficial que subieran cinco).
Pasó así todo el fin de semana, previo triunfo de los queridísimos Esa Estrella era mi lujo para quedar punteros junto a Tioca y Bouba, y con Rejunte a un punto.
Llegó al fin el día miércoles, día de reunión del Tribunal, y entraron en escena con un rol protagónico Néstor y Perro, quienes educadamente se fumaron que Ramón los cortara menos diez cuando quisieron averiguar sobre la reunión, mientras llegaba un representante de Bouba para hacer un descargo por un jugador propio y “para que no le den los puntos a ellos”, mientras señalaba con su índice a los rejunteros. Cara de póker de ambos y a esperar, no sin antes escuchar a Brozzi decir: “Rejunte es el único equipo que en 1300 partidos le pegó al arbitro”, y “recién este año me pagaron lo que me debían de un amistoso del año pasado”. Mal augurio parecían las palabras del viejo lobo que dirigió Libertadores, pero no había que desesperar.
Pero fue imposible no desesperar. Los mensajes cruzados con varios rejunteros hacían aumentar la ansiedad, por lo que el Negro llama directamente a Néstor, quien le cuenta los pormenores y le dice que Ramón había dicho, luego de buscar planillas viejas rezongando, que Baldoseros le había ganado 2-0 a Peña en su momento, por lo que tal como nuestra Comisión de Reglamento había interpretado, con ese resultado asegurábamos el quinto puesto sin jugar (ante triple empate, se definía por puntos entres sí: Baldo 6, Rejunte 3, Peña 0).
Comunicada la noticia a Hernán, no caía en que de ascender cinco, habíamos ascendido, y pidió guardar reserva hasta más tarde.
Las horas pasaban, las pizzas y cocas en la oficina de fútbol también y el hermetismo era total, solamente habían escuchado que Ramón decía que nuestro reclamo erá el único válido, pero eso no aseguraba nada. Se fueron los rejunteros pues ya no podían quedarse más, pero alguien tenía guardada una más.
Néstor, otro histórico del equipo, de la segunda tanda, decidió hacer un raid por Capital Federal para retornar al campus y conseguir alguna noticia que al menos permitiera dormir en la previa del gran día con alguna certeza.
Pero como nunca nada es fácil para Rejunte, otra vez la puerta de Fútbol estaba cerrada. Pero el oído de Bazán Vera estaba bien abierto para escuchar dos conversaciones telefónicas donde el que parecía ser de lugar decía: Si, te entiendo pero el Tribunal ya resolvió y es así. Pero no sabía que se había resuelto, por lo que entró decidido a saberlo, se presentó ante quien reemplazaba a Ramón, le dijo soy de Rejunte y escuchó la música más maravillosa que ese día podía oír: Ganaron los puntos.
El gran Néstor no cabía en sí mismo, miró sin mirar la planilla y preguntó cuando las publicaban. Ante la respuesta de que ya estaba en cartelera se fue hacia allí sin batería en el celular, por lo que pidió a un pequeño tenista que le saque foto al acta y se la mandara a su propio celular y al de uno de nuestros fans más fieles, su hijo Agustín.
Tuvo que pasar un rato para que cuando se reunió con Agustín, pedirle a Fede el tel de Herno y mandarle el notición.
El fundador rejuntero no pudo contener la emoción y mandó ese audio hermoso diciendo muchachos, ascendimos, nos dieron los puntos!!!
La locura del grupo no se hizo esperar, nadie pudo seguir con lo que estaba haciendo y los mensajes se sucedieron hasta entrada la madrugada, cuando por fin publicaron actualizada la tabla con Rejunte puntero.
Ahí si, todos se fueron a dormir sabiendo que dependía de nosotros, y que al día siguiente tendríamos a todos en contra, pero con la frente bien alta porque si estábamos ahí no era por estos tres puntos. Era por todos los puntos que sacamos en el año, y principalmente porque hicimos partidazos frente a quienes ahora eran nuestros perseguidores.
Faltaba poco, sólo unas horas. Pero esa es otra historia.
Continuará…


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