8.30 AM
Ciudad de México
Tras haber hinchado los huevos durante toda la semana para que transmitieran el partido en alguna red social, finalmente quedamos en que Jack iba a poner su teléfono inteligente a disposición para que alguno de los que no jugara de entrada se copara con la movida y a través de FB Live ejecutara el glorioso streaming. Último partido del campeonato y tras una semana inolvidable, de asado triste y escritorio rutilante, Rejunte tenía la chance de consagrarse campeón. La noche anterior no había podido dormir casi nada. En mi cabeza inquieta rondaban algunas preocupaciones y reflexiones. "¿Mosca se habrá ido a dormir temprano?", "¿Le seguirá doliendo al Perro la espalda?", "¿Ya se habrán curado del todo Planta y Felipe?", "¿Le habrá gustado a Beto la cena que le preparó Rocío anoche?". Analicé todas las variables posibles que creia importantes hasta que al fin la idea de que mi voluntad de triunfo no influiría en lo absoluto en el resultado final del partido se sobrepuso y me torré.
Eran las 8.30 de una linda mañana de invierno en la colonia Narvarte, y me sentía preparado. No quería imaginar qué sucedía en las cabezas de todos mis compañeros de la kermés a 8.766 km de acá, pero a lo que era yo y lo que podía hacer desde el lugar en el que me encontraba, me sentía preparado: velas encendidas, pipa cargada, agua caliente en el termo, el mate expectante, la computadora y celular 100% full de batería: todos elementos vitales para mantener informado a un exiliado en condiciones precarias de transmisión futbolera en tiempo real. Los mensajes del wasap iban reduciendo en cantidad. "Listo, están entrando en calor" pensé, y decidí esperar unos minutos más antes de pedir que le dieran play.
Ya iban más de 15 minutos sin mensajes en el grupo. "Quiero sentir que estoy ahí" dije y abrí la ventana de mi habitación, asomé la jeta y miré hacia las nubes. A lo lejos se empezó a divisar un punto que en pocos segundos pasó por encima de mí como un estruendoso pájaro metálico. Mi edificio está en una zona estratégica de la ciudad y cada dos minutos pasan aviones. El ruido de las turbinas me trasladó inmediatamente a la cancha 2. "Está hablando Beto, ya no falta casi nada". Fue un mensaje muy claro del Barba. Así que esperé unos minutos y empecé a bombardear el wasap. "Va por el FB Live de Jack" me dice Pablo, y de repente estoy viendo jugar a Rejunte, el video una calidad de mierda, todo pixelado, Mosca parecía Brad Pitt. Pero estaba ahí, me llegaba el audio, los comentarios de los que estaban en el banco, las jugadas.
La cosa parecía controlada, Rejunte se notaba mejor en la cancha. Pablo transmitía en movimiento, si la jugada iba para un lado, el la seguía por la línea para que yo tuviera el mejor acercamiento posible. Además me hacía comentarios. "Corner para Rejunte, Piña" y efectivamente divisé cómo Mosquita se iba a la derecha para ejecutarlo. Su envío no llegó ni al área grande. "Uy qué cagado que está" pensé, y luego vi un gesto de calentura en el canario que me dejó más tranquilo. No había motivo para ponerse tensos, Rejunte estaba controlando el partido. Pero a la jugada siguiente, Volcán tuvo que salir a cortar con los pies una desatención del fondo. "Más atentos viejo" gritaba Pablo. Yo me estaba empezando a cebar. A los pocos minutos, pase atrás de un defensor de Vuriclub que el arquero agarra con la mano y tiro libre indirecto adentro del área chica a favor de la kermés. Pablo se acercó hasta detrás del arco y buscó en ángulo perfecto. Vicio incapaz de curar en un enfermo de la imagen, logró el encuadre perfecto y lo vi a Ciarlo perfilarse como si fuera Tony Kroos. Primero un amague, y la barrera rival que salió adelante como malón. El árbitro que acomoda de nuevo la barrera, los nervios que me comían, el silbatazo y veo cómo la bocha se pierde afuera, a un metro del ángulo.
No se ni qué minuto iban, la transmisión me había llegado con el partido empezado y para colmo, el 3G del teléfono de Jack comenzaba a fallar, la imagen se cortaba de a ratos o se congelaba y sólo me llegaba el audio. No sabía que hacer, si reiniciar la computadora, si tirarle el agua del mate encima, si irme de mi casa. Se hizo presente la primera jalada de pipa, era imposible mantener la tranquilidad en esas condiciones, no había garantías tecnológicas ni mentales de ningún tipo para sostenerla. Pude ver otros cinco minutos en los que no pasó nada y la transmisión se cortó definitivamente. Inmediatamente comencé a mandar mensajes en el grupo pero nadie me respondía nada. Mando privado a Cesar, nada. Privado a Nestor, nada. Privado a Pablo, cero bola. De repente Manu manda al grupo: "1 a 0, gol del Perro, faltan 10 para que termine el PT". Al instante comenzó una negociación con Manu para elegir por donde me iba a transmitir el partido. Periscope era la mejor opción pero como todo Rejuntero, me faltaba algo vital: la aplicación. Así que mientras me la descargaba y sufría le decía a Manu que me estrimeara el segundo tiempo. "Ya termina el entretiempo, entró Feli".
La app iba bajando, mis huevos no. El grupo estaba en total silencio y me sentía a la deriva. Necesitaba alguna data. Nadie largaba nada. Por fin hice el enlace con Manu y empecé a ver el segundo tiempo. Iban como 10 minutos. A Manu le temblaba el pulso como al Pepo cuando se queda sin sustancia y a los pocos segundos se cae el streaming. "La reconcha de mi madre" grito desaforadamente al tiempo que echo un puño hacia el cielo. Las aves que estaban en los árboles cercanos a mi ventana se espantaron y salieron volando haciendo un alboroto descomunal. Lo llamo por wasap a Manu y no me atiende, me empiezo a desesperar hasta que de nuevo arranca la transmisión. Manu me pide disculpas y me hace un paneo del banco se suplentes: lo veo al Pela estirando, a César preocupado, a Pablo a lo lejos, contemplando el juego y lo veo a Mosca, con su musculosa de Jamaica, mano en la boca, serio. "Uyyyy....lo sacó Beto, debe estar recaliente" fue lo primero que pensé, pero ni tiempo tuve para pensar porque al instante se empezó a escuchar un murmullo: "Escritorioooooo". Eran los putos de Esa Estrella. No podía creer lo que estaba viendo: se habían juntado detrás de la cancha 2 a cantar y a bardearnos. Segunda y profunda jalada de pipa, la cosa se había puesto muy espesa. No podía creer la dimensión de lo que se estaba gestando, en términos estrictamente futboleros y anímicos.
El broadcast de Manu parecía más estable, pero eso tampoco me tranquilizaba. Lo mejor de todo, gente de otros países se iban sumando a la transmisión y Manu les mandaba saludos. Hasta empezó a tirorearse a una gringa y dije: "Cómo nos merecemos esta alegría por favor, miren lo locos que estamos". Los minutos pasaban, Rejunte ganaba 1 a 0 pero yo no había visto el gol del Perro, lo único que la tecnología me dejó ver fue el tiro libre indirecto de Ciarlo. "Estamos muy nerviosos Piña" dice Mosca sincero, puro. Manu le hacía gestos a los de Esa Estrella, más gente se sumaba al broadcast y dejaba mensajes, yo no etendía nada. De repente Manu pretende que Beto me salude, Beto que le pone cara de "Te voy a pegar un corchazo Manu sacame esa mierda", El partido era impreciso, yo había perdido total noción del tiempo y del espacio. Ya no estaba en México, sino ahí al costado de la línea de cal, entumecido, devorado por lo que estaba sucediendo aquel día en esa cancha. Entra Cesar, el partido no tenía un claro denominador, ni Rejunte arriesgaba ni el rival proponía. Papá de Juan, Agus, Néstor, todos iban apareciendo en la toma, Tiro libre a favor de Rejunte, va Fede. Manu que se acerca y le dice: "Patealo tranquilo. Vos me hiciste muy feliz en una cancha". Las demostraciones de amor flotaban en el aire. El centro de Fede y el cabezazo del griego que se va arriba. Entra Pablo a la cancha. Manu se queda ahora sobre la mitad del campo, y hace un paneo para atrás. Agus sentado con Mosca y se abrazan. "Falta poquito Piña, estamos muy nerviosos" dice el canario. Y a la jugada siguiente, una dividida que se abre, Cesar que la engancha tres dedos y el ya místico a la altura del barrilete cósmico: "Si Gato, si gato. Si Gato, si gato. ..Goool...Gooool...Golazoooooo.......Gatoooooooo........Tomá el escritorio lo tienen en el orto....Tomáaaa.....Golazooooooo......Vamos Perro!!".
El grito de gol de Manu invadió todo el cuarto. Empecé a saltar de un extremo al otro de la habitación, sobre la cama, corría en circulos, no lo podía gritar, no lo podía creer, Manu se recuperaba del pique demencial, y en su regreso saludaba a Fede que volvía también de celebrar, Fede que va a decir algo....y la señal se congela. Me quería matar. Esperé unos segundos y comencé a llamar. Nestor, nada. Manu, nada. Lo llamé a Ramón, pero no me atendió. Los minutos pasaban, nadie respondía los mensajes, ni los llamados. Fueron los 3 minutos más largos de mi vida. No quería imaginar lo que estaba pasando en la cancha, en los corazones de los que estaban adentro, de los que estaban afuera. Insisto de nuevo con Manu, la llamada que entra, un silencio inicial y luego: "Dale campeóon, dale campeón" y no me pude controlar. Ahora sí el desahogo placentero. Empecé a saltar al ritmo de la banda, "daleee campeón, dale campeóoooon", los festejos se escuchaban a morir, una felicidad incomparable, los cánticos tribales macho alfa, las dedicaciones a los rivales y de nuevo se cortaba la llamada. Volvía a llamar a Manu y esta vez era Ciarlo, dos o tres palabras, mariconeando sin parar, hablo con Beto, con Fede, Jacko,,,,,ya no entiendo lo que dicen, ya no se lo que dicen, siguen todos cantando, saltando, la locura que llega es incomparable. Sigo llamando cada 5 minutos, tengo que salir a la calle, sigo escuchando cantitos, Manu ya no me pasaba a nadie en particular sino que me pasaba el todo, el ambiente, era el momento de desenchufarse y disfrutar. Manu se quedaba sin batería, los rejunteros estaban agitándola en el bar de Ciudad, y yo me tomaba mal el subte, desorientado por venir escuchando los audios que se iban mandando, los videos por wasap, mi cerebro estaba a punto de incendiarse, pero no podía dejar de cantar "Rejunte ya salió campeoooon, Rejunte ya salió campeón".....
Cuando se junten en un rato durante la bacanal, recordarán esta gesta bajo un tono de épica, una historia que vivirá en nuestros corazones por muchos años. Pero que tiene que continuar. Con los nuevos, con los viejos, con los que quieran estar. Se vienen cosas lindas para el borracho pero lo mejor de todo es disfrutar lo que conseguimos hoy.
Felicidades campeones, a celebrarlo con todo!!
Piñata
Felicidades campeones, a celebrarlo con todo!!
Piñata