Mensaje en la previa

A te vos te hablo, Rejuntero. A vos, que te despertaste y pensaste que dentro de un día vas a estar preparándote para jugar el partido más importante de al menos los último diez años y se te aceleró el corazón.
A vos también, te digo, A vos, que por distintas circunstancias no vas a poder estar adentro de la cancha dos en busca de subir un escaloncito más, pero vas a ir a alentar a tus compañeros, ya tus amigos, como te alientan a vos.
Y de vos no me iba a olvidar, que aunque no puedas ir a Ciudad mañana, vas a estar pendiente de un teléfono que te cuente de un grito de gol, mejorando lo que resta del fin de semana.
Todos, pero todos, nos necesitamos para ganar mañana. O se piensan que si llegamos acá es porque jugamos siempre 11 contra 11? Cada vez que me tocó estar desde adentro, dejé de lado la forma de jugar que tenía cuando comencé en Rejunte y me empecé a raspar las piernas porque sentía el aliento constante de los que estaban afuera, y no los podía defraudar no dejando todo. Y no dudo que los que mañana salgan desde el inicio y quienes entren luego, ya sintieron, algunos desde hace años y otros desde ahora, que jugamos siempre con 13, 14 o 15 y que por eso van a romperse el alma.
Esa es la explicación del por qué a 4 fechas del final, el equipo que seguramente tiene el promedio de edad más alto del torneo sólo depende de sí mismo para cumplir el gran objetivo. Este año, más que nunca, se hizo patente la unión como grupo humano, se potenciaron las reuniones en la semana, los asados, picadas, quedarnos después del partido, dejamos de lado lo individual en pos del equipo.
Este año no hubo quejas por no jugar, más allá de que todos queremos hacerlo siempre, no hubo quejas por jugar en posiciones que a veces no son las que más nos favorecen, y ni siquiera tuvimos que inventar equipo porque no llegábamos a 9.
El compromiso se nota, se palpa, y aunque no lo admitamos, los rivales ya nos respetan, se preocupan por nosotros y nos preguntan resultados.
El del sábado pasado fue un triunfo con sabor a hazaña, pero no debe sorprender a nadie. Si se ganó fue porque el equipo se hermanó en la adversidad, porque vieron que se podía esfumar el sueño y dejaron el 110% en la cancha. Así no podés perder nunca.
Y eso pido para mañana.
Cabeza fría, pero dejando todo. Saben lo privilegiados que son de poder ir a jugar un sábado a la mañana a sus edades? No menosprecio a Juan y Axel, vitales para darle un aire de juventud al equipo, pero aún no tienen la responsabilidad que pesa sobre casi todo el resto.
El trabajo, la FAMILIA, la guita que a veces no alcanza, las lesiones, y Rejunte sigue yendo. Saben cuantos tipos quisieran poder ir a jugar un día como el de mañana? Saben cuantos su mayor distracción es mirar a Tinelli en la semana, y si juegan fútbol es solamente en la canchita de la estación, 7 contra 8, piernas flacas sin medias, hambre y pelota rota?
Muchos de Uds. hacen malabares para estar en la cancha. Algunos llegan con sus niños porque es el trato familiar, otros hipotecan su futuro académico con tal de estar, otros saben que no están al 100% físicamente, pero no les importa romperse del todo, porque hay que morir con las botas puestas.
Entonces, nos vamos a dar el lujo de no dejar la vida en cada pelota? Nos debería dar vergüenza si no lo hacemos.
Mañana podemos no ganar, pero lo que no podemos hacer es jugar como si fuera un partido más.
No lo es.
Se acuerdan del año pasado? A esta altura estábamos peleando por no descender, y salió nuestro mejor futbol. Ahora peleamos por otra cosa, pero juguemos con el mismo orden y actitud, pero principalmente con la misma convicción.
Nadie es más que nosostros, nosotros lejos estamos de ser muchos más que nadie. Pero mañana, mañana, regalémonos 3 puntos.
Hace varias crónicas que lo dije, aún en la derrota o empates fríos: depende de nosotros.
Descansen bien hoy, los necesitamos a todos bien frescos, preparen botines, medias, camiseta, vendas, canilleras.

Los huevos no los preparen. Los huevos ya los tienen.

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