El Lion-O del Rock

Cuando era niño, después de He-Man se puso de moda una serie animada llamada los Tundercats . Eran un grupo de especímenes con características especiales: Cheetara podía correr más rápido que nadie, Tigro era la fuerza hecha carne, Pantro sabía de mecánica y los lideraba la voz de la experiencia y la inteligencia: Lion-o, el felino zagaz.
La serie transcurría en un tiempo y espacio indefinidos, postapocalíptico quizás, pero a fines de los 90 se fue gestando otra versión impulsada por productores locales, quienes quisieron hacer lo mismo con personajes humanos y en el Conurbano bonaerense.
El corralito, los cinco presidentes en una semana, los saqueos y el default dejaron trunco el proyecto cuando ya tenían el casting hecho, las locaciones armadas y hasta los trabajos falsos que cada actor tendría para disimular.
Casi todos consiguieron nuevas tareas. Algunos continuaron con la actuación, como Pablo Rago que hizo mil poquerías después; otros se fueron para el lado de la literatura, otros pintaron, otros pusieron un videoclub y se fundieron como ya lo habían hecho con las canchas de padel y el parripollo, pero hubo uno que nunca se pudo sacar la espina: el que iba a ser protagonista de la historia quedó enganchado con su personaje, pensando en que algún día llegaría la oportunidad de estar en todos los afiches.
Antes, había despuntado el vicio en clubes del ascenso jugando al fútbol, pero la historia de siempre también le truncó el sueño de llegar a primera: la familia, el laburo, los acomodos y un poco de joda lo llevaron a dejar de lado el camino profesional y siguió desparramando rivales en el fútbol amateur con su melena “allo” Claudio Paul mientras los años pasaban y el proyecto de Thundercats se llenaba de polvo en un cajón.
Mantuvo su trabajo secreto tras la barra de un bar donde escuchó mil historias sin dejar de pensar en que Lion-O tenía que ser el, mientras las venas se le hinchaban de rock del bueno. Lo quisieron contratar como doble de Iggy Pop en una visita pero el tipo quería ser protagonista, para algo era Lion-O.
Finalmente, luego de unos años recayó en un equipo de esos de mitad de tabla para abajo en el Torneo de la UBA, y la historia parecía repetirse: pocas veces podía asistir, los años cada vez pesaban más en el cansancio físico y encima el equipo de mierda que se estaba yendo al descenso. Obviamente se le estaba terminado una de las alegrías y el cable a tierra que tenía luego de la serie televisiva frustrada. Entonces tuvo su primera gran intervención: Muchachos, si descendemos el equipo desaparece, y con ello desaparece todo lo lindo que tiene este grupo, desaparecen los mates pre-partido, desaparecen las cargadas, desaparece venir y desconectarse y hasta desaparecen las ganas de levantarse el sábado a la mañana.
Sus compañeros lo miraron asombrados, apretaron los dientes y golearon en cancha 5. Desde ese día fue el líder espiritual del equipo. Siempre la palabra justa y sensata. Y encima de vez en cuando regalaba algo del talento del antaño, como en ese clásico vs. Tarea en que íbamos 0-1 y el tipo entró y con un firulete al mejor estilo Guillermo Barros Schelotto ganó un penal sobre la hora para empatar el clásico. O cuando pura sabiduría terció en disputas diciendo que si ganamos y nos salvamos del descenso, la lucha por estar arriba viene sóla.
Pero faltaba algo. Faltaba ser Lion-O en la cancha, en un partido definitorio, en uno de esos que quedan para siempre en la memoria, porque las historias a veces tienen que tener final feliz. Y que mejor escenario que el que le deparaba el destino a Rejunte frente a Delphi, en la misma cancha en la que se convirtió en líder. Con Mosca suspendido, la chance estaba al alcance de la mano. Fue de gran ayuda que el pichón de rejunte saliera de entrada para fajarse con los grandotes y duros defensores, para quitarles piernas y resistencia, y lograr que cuando saltara al campo de batalla, Lion-O tuviera espacio e hiciera lo que siempre supo hacer: tratar a la redonda como se trata a la primera novia.
El romance fue inmediato, y si bien no fue todo lujo, alcanzó para estar en todos los diarios del domingo, para quedar en la historia como uno de los jugadores con más clase que jamás se puso lo fluorescente, para tirarle la experiencia encima a los rivales y decirles: Vieja, esto es Rejunte, andá a buscarla al fondo del arco.

Bienvenidos queridos amigos a este Deportivo “Concentración” Rejunte 2-República “No nos alcanzan más” Delphi 0.

Otra mañana increíble para practicar el deporte más lindo del mundo esperaba con los brazos abiertos al verdinegro que buscaba subir un peldaño más hacia la gloria.
Desde temprano, el equipo de espías se camufló en cancha 1 liderados por un pibe que parecía que se iba a una rave (pantalón corto casi calza, musculosa amarilla, lentes feos) o a una convención de hispters gays, llevó la info de que Tioca y Bouba se estaban matando en un empate, lo cual era bueno pero metía presión de ganar sí o sí para no perder pisada.
Los nervios y la ansiedad se palpaban en el aire, pero en realidad era una estrategia de los rejunteros, que se hicieron los ansiosos para transformar los nervios en concentración y orden, pero para eso faltaba un rato.
Beto, una vez más tuvo que improvisar puestos, y mandó a la cancha a estos once:
         
             Mariano,
 Ciarlo Herno Néstor Mauro
      Javi Planta Jack Juan
          Axel Perro

Arrancó el encuentro sin un claro dominador. Delphi se mostraba más punzante porque el 10 metían pelotazos de emboquillada que buscaban la última línea rejuntera, que debía hacer grandes esfuerzos por rechazar. Sin embargo, aunque la defensa se mostraba firme, los rebotes y segundas pelotas eran casi siempre ganados por el rival.
Cinco minutos duró la formación inicial, ya que lamentablemente Planta se resintió de su desgarro y la pierna dijo basta, por lo que fue reemplazado por Trompita Yovanovich, que salió a la cancha dispuesto a demostrar que estos partidos son a su medida. Se paró el hombre de hielo de doble cinco ante la resignación de Beto, hasta que cinco minutos después hizo un enroque con Javi y se paró sobre la banda.
Enseguida Fede tuvo dos chances para abrir el marcador desde lejos. La primera, un pelotazo largo de Jack para Axel, casi al córner derecho, encontró al pibito mano a mano con su defensor, le enganchó para adentro y cedió para Fede que venía en posición de 8. El zurdo sacó un remate seco, contra el palo, que fue mandado con algo de esfuerzo al tiro de esquina por el arquero.
Poco después,  Jack  mete otro gran pelotazo abriendo la cancha para el pique al vacío de Fede, quien de derecha entrando al área le da fuerte y cruzado, por arriba, haciendo que la pelota roce el travesaño y salga.
A Rejunte le costaba plantarse bien en el partido pese a estas llegadas. Las líneas estaban muy separadas, y cuando la pelota iba por las bandas no había más descarga que el pase recto hacia Perro o Axel, quien tuvo un partido de mucho roce físico y el equipo no supo explotar su velocidad con espacios.
Por el lado izquierdo, Mauro marcaba bien pero encontraba pocas opciones de pase,  casi siempre a Juan, y la jugada moría en tres cuartos con un pase obligado sobre la línea, donde los rejunteros eran comidos desde atrás.
La defensa estaba sólida pero preocupada, porque los pases filtrados se sucedían uno atrás del otro (nadie marcaba a presión al 10 y éste hacía jugar a su equipo, muchas veces de primera, por lo que los corríamos de atrás). Ciarlo demostró una vez más que le encantan estos partidos y de 4 fue impasable, incluso en varios mano a mano que ganó como buen tiempista que es, además de ser salida siempre clara.
Néstor, por su parte, cumplió un buen papel en la etapa, cortó bastante y en las que no llegó fue salvado por un inmenso Hernán que se ocupó de resguardar la última línea como si de defender a Carmela se tratara.
Y atrás de todos, una de las revelaciones del torneo. Mariano atajó nuevamente como arquero de equipo grande, pero esta vez porque sacó varias jodidas y dio 100% de seguridad. Una de ellas, promediando la etapa, cuando el 9 rival (que pateaba de cualquier lado) tomó la pelota picando casi llegando al semicírculo del área y sacó un derechazo que bajaba pegado al palo y que el banco de Delphi gritó gol, pero de la nada Vulcano voló sobre su izquierda, la rozó, tocó en el palo y se fue al córner. Impresionante atajada del estadista del equipo para mantener el cero.
A los treinta, un gol anulado polémicamente a Hernán por off side pasivo del Perro que supuestamente molestó al arquero, bajó la persiana de la la etapa con la sensación de que estábamos relativamente bien, pero lejos de estar jugando un gran partido, por lo que habría que sacar algo más de adentro si queríamos llevarnos los tres puntos.
Movió el banco Beto y mandó a la cancha al Pela Cozzi para ocupar el lateral derecho y mover a Ciarlo de central, en lugar de Néstor, y tal como Harry Truman cuando decidió tirar la bomba atómica sobre Japón, sacó su arma letal, el Gatogun para intentar torcer el rumbo del encuentro.
Tres minutos necesitó el borracho para ponerse en ventaja, porque tras una falta muy bien ganada por Jack desde casi mitad de cancha sobre la izquierda, Ciarlo le pegó como su ídolo Román y le dio de emboquillada pero fuerte, por atrás de toda la defensa. Y allí estaba él, acechándolo. El pibe del los astilleros de Villa Raffo apareció por detrás del último defensor en el vértice del área chica para zambullirse en una media palomita inolvidable como la de Aldo Pedro Poy y vencer por fin la resistencia delphiana, desatando la locura verdinegra.
A partir de allí Rejunte sacó a relucir su mejor versión, tal vez sus mejores 40 minutos del torneo, al punto tal que según cuenta el gran capitán, hasta el árbitro (que en la previa menospreció el encuentro asegurando dirigir casi siempre en DH) reconoció en pleno partido el equipazo que tenemos.
El juego pareció dormirse en el ritmo que más le gusta y mejor le sienta a la Kermés Fluorescente, porque se paró firme sin regalar campo, dejando que el rival cansara piernas y rompiéndole la moral a medida que pasaban los minutos y veía que nada podía cambiar la historia.r
Una sóla clara tuvo Delphi en ese lapso, cuando tras un córner desde la derecha cabecearon abajo y Mariano nuevamente respondió como un grande.
Lo tuvo nuevamente el Perro en una corrida fenomenal por izquierda, pero cuando enganchó para adentro fue tocado dentro del área y rechazaron el peligro. Aunque él mismo reconoció no saber si fue penal, el reclamo se hizo oir y adentro de la cancha quedamos un segundo desconcentrados, porque de esa jugada vino un contraataque que terminó en otra pelota filtrada y con Mariano saliendo a matar o morir, como se debe. Ganó la pelota Vulcano (alias Moñito) con una trabada de esas que pensás que es mejor que te lleve puesto el Sarmiento, pero el árbitro cobró tiro libre en el borde del área. El 9 pinchó la pelota por encima de la barrera y otra vez Moñito voló para mandar la bola al córner.
Los minutos pasaban y Rejunte hacía correr la pelota. El Gato la aguantaba en la derecha, tocaba para atrás, para el medio, molestaba, la volvía a dormir bajo la suela mágica y otra vez a hacerla circular. Daba gusto ver al borracho tocando y tocando, a tal punto que recuerdo una jugada de fácil más de 15 toques entre Perro, Fede, Jack, Javi, Gato, Pela, que terminó con la pelota tirada lejos y con bronca por los defensores.
Jack se había hecho dueño y patrón del mediocampo y se había animado a romper líneas con fuerza y dominio de pelota, pero faltaba definir el partido, porque aunque Rejunte era claro dominador, sabemos que un centro y un error se pagan caro.
Entonces sí, a los 20 el moñito lo pusieron los cracks rejunteros. Jack ganó una pelota detrás de media cancha y tocó rápido para Perro que bajó a pivotear por el centro. El can tocó de primera y de derecha para Gato y fue a buscar la devolución. El eterno Stone tenía enfrente a un defensor que lo duplicaba en cuerpo, mientras que a su costado veía que Perro iba a buscar por izquierda, prácticamente sólo.
La lógica decía que el felino aguantaría la pelota hasta encontrar el hueco para que el goleador quedara mano a mano frente al arquero, y eso seguramente habrá pensado el defensor central, porque no esperó jamás (y nosotros tampoco), que el Gato, con sus 70 kilos (si llega) y sus más de cuatro décadas encima, se la iba a tirar por un costado e ir a buscar por el otro, sabiendo que en velocidad perdería. Pero en lo que no le gana nadie es en categoría y experiencia, ya que justo cuando estaba por perder la posición, se hizo casi un ovillo como buen gato que es y se le metió por delante al defensor desacomodándolo y quedando sólo frente al arquero, casi en diagonal al arco. Y si faltaba algo, era que este hijo de puta nos diera a todos una clase de definición, porque como si estuviera en el patio de la casa, miró al arquero (buen golero era) que salíó a achicar rápido como mandan los manuales, pero el tipo más parecido a Johan Cruyff que ví en mi vida (en físico pero también en juego), resolvío picando la pelota suavemente, para que entre mansita al segundo palo, donde el Perro, en gran gesto dejó que entrara pese a poder hacerlo él mismo, para que no le cobraran posición adelantada pero también para que pudiéramos ver y vivir el festejo emocionado del eslabón perdido de la naranja mecánica, que quedó sepultado por todos los rejunteros en un abrazo interminable.
Más lesiones hicieron entrar de nuevo a Néstor por Leo y sobre el final a Pablo por Perro, y se pudo haber aumentado la cuenta cuando antes de salir el can cedió para Gato en la medialuna, pero esta vez demostró que es humano y el remate del felino salió besando el palo.
En la última, una corrida de Juan tenía destino de gol si la mandaba al medio para el pique de Pablo que venía pidiendo pista desde mitad de cancha, pero Juancito escuchó la voz de Freud que le dijo: si se la tocás es porque te querés coger a tu vieja, y eligió seguir adelante pero le ganaron la posición despejando el peligro.
Terminó el encuentro con Rejunte dominando ampliamente a un rival entregado diez minutos antes del final, floreándose y disfrutando cada segundo en lugar de sufrirlo. Nada podía hacernos perder puntos a esta altura del juego, y así se sentía incluso cuando el árbitro dijo que faltaban cuatro minutos.
El grito de alegría tras el pitido final se escuchó hasta en el Mudomental, en tanto que el abrazo de todo el equipo fue tan fuerte que parece que van a llamar a una empresa para remover a los jugadores que todavía están pegados, hombro con hombro en cancha 5.
El triunfo deja a Rejunte segundo en puntos, tercero por diferencia de gol, a un solo punto de la cima y transformando ésta en la mejor campaña de la historia. Quedan ahora dos partidos para nada accesibles, primero contra un equipo que puede llegar salvado y con esa relajación sacar su mejor versión como lo hemos hecho nosotros otros años, y luego con Vuriclub, que quizás llegue con chance de ascenso y nos quiera aguar la fiesta.
Entonces, no debemos perder la concentración por nada del mundo, tenemos que dominar la ansiedad y mantener la calma, sabiendo que de los seis equipos que peleaban con nosotros hasta ahora, ganamos 4 y empatamos 2, demostrando que no nos pesan las difíciles.
Ahora tenemos que demostrar que queremos más, que no nos conformamos con una buena campaña, que estamos para ascender y para eso el martes 29 tenemos que dejar todo una vez más.
Me atreví a sacar algo de cuentas, sólo para que sepan que esta vez un nuevo triunfo garantizaría el quinto puesto, extraoficialmente el último puesto de ascenso, y además nos daría la chance de llegar a la última fecha con posibilidades de más, de eso que no quiero ni nombrar.
Nada está dicho aún, no hace falta una catástrofe para quedarnos sin nada, por lo que no podemos relajarnos. No tuvimos miedo a ganar hasta ahora, jugamos como un equipo maduro, respetemos esa idea, dejemos el alma en cada pelota y estemos fríos para resolver, calientes para luchar, inteligentes para marcar el ritmo y principalmente, unidos para lo que somos: un Rejunte de buena gente que más que nadie en este puto torneo, se merece festejar.

Abrazo amigos, buena semana y una vez más les digo: sólo depende de nosotros.

Puntajes de mi amigo Elio:

Mariano: 8. Muy seguro en todas las facetas. Sacó pelotas importantes y salió a romper con el cuerpo y con los puños cuando fue necesario. Gran momento del hombre de moño
Leo C.: 8 Su mejor partido del año. De 4 fue impasable y de central hizo que el 9 pareciera un nene.
Herno: 8,5. Excelente partido del capitán. Cubrió todos los espacios cuando falló la defensa y dio seguridad en todo momento.
Néstor: 6.5. No tuvo mayores problemas en la marca, salvo un par en el primer tiempo que fueron bien cubiertas. En el ST entró y no falló nunca. Para confiar
Mauro: 7. El hombre que no se sabe si es zurdo o derecho estuvo férreo en la marca y bien con la pelota. Sufrió un poco en el ST cuando salían los pelotazos a su espalda, pero siempre se recuperó. Impecable barrida en el PT.
Javi: 6. No se destacó como en partidos anteriores pero estuvo cuando las papas quemaban. La cancha grande le hizo sufrir un poco con los espacios a sus espaldas.En el ST levantó y sacó todo.
Planta: sin calificación por el poco tiempo en cancha. Se destaca su entrega y compromiso por el equipo. Una baja más que sensible.
Jack: 8,5: Tras un primer tiempo "normal", en el ST se destapó eu hizo todo bien. Marcó, guapeó, llevó la pelota hacia adelante y participó en las jugadas previas a ambos goles con un rol fundamental. Te extrañábamos, indocumentado.
Juan: 7. En el PT fue casi la única salida que tuvo el equipo. Colaboró mucho en la marca, aguantó bien la pelota y generó varias faltas. Le baja 0,5 la mala decisión de no pasar la bola en la última.
Axel: 6. Le tocó bailar con la más fea en el PT, le ganaron casi siempre con el cuerpo pero cansó a la defensa. Buena jugada en la punta derecha.
Perro: 7: Los goleadores son así. Poca participación en el PT. En el segundo hizo lo suyo y asistió a Gato en su gol.
Fede: 7. Entró enchufado y con ganas de demostrar. Dos tiros peligrosos y un córner casi olímpico  que dio en el travesaño lo hacen redondear un buen partido. Tocó e hizo jugar, esta vez con la pausa que siempre se le reclama.
Pela: 7 un muro de 4. No generaron nada por su punta y fue salida segura.
Gato: 7,5: tremendo golazo para asegurar el partido. Regaló pinceladas de crack.
Pablo: no llega a calificar por los pocos minutos de juego. Se generó espacio en la última pero no se la tocaron. Va a meter un gol importante.

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