Mañana como cada
año se dará inicio a un nuevo episodio del ciclo vital del mundo que habitamos
Así como las mariposas van saliendo de su capullo entrando la primavera, las
hojas de los árboles vuelven a nacer verdes, los trabas de los bosques dejan asomar
sus velludas piernas o las hormonas sexuales afloran incipientes en este
momento septembrino, el Deportivo Rejunte se prepara para escribir una nueva
página de su excitante historia por el torneo amateur de fútbol más importante
de Buenos Aires.
Quienes hace
años acompañan y se calzan la túnica de la kermés fluorescente, están
acostumbrados a que los primeros galopes por las castigadas canchas de Ciudad
Universitaria comiencen por mayo, junio, con los guantes de escarcha del
invierno porteño acariciando los huevos, y sintiendo desde un primer momento la
hostilidad a la que puede llegar una competencia de estas características,
sobretodo cuando los terrenos son vestigios de pantanos y bajadas cenagosas
hacia el Río de la Plata. En esos episodios el reparador mate siempre fue amigo
de cada rejuntero y también disparador de todo lo demás que se iría
ritualizando cada fin de semana hasta convertirse en hábito.
Pero ahora las
cosas cambiaron, no sólo la época de inicio, con un clima mucho más agradable en
estos albores primaverales, sino también el formato de torneo. Lo que no cambió
y lo que nunca deberá cambiar, es el espíritu del equipo. Pero vayamos hasta la
génesis para explicar mejor. Desde el punto de vista etimológico, Deportivo
Rejunte deja ver rápido de qué va su onda: un rejunte, un puñado de cabrones
que se juntan para jugar a la pelota y que provienen de orígenes diversos,
sobretodo de carreras de la UBA, tratándose de un torneo que comenzó como
puramente universitario. En ese sentido conviven ingenieros, médicos, abogados,
comunicadores, arquitectos, contadores, etc. Con el tiempo se fueron sumando
jugadores no UBA, más nacionalidades (uruguayos, panameños, griegos, franceses,
colombianos, chilenos*), más oficios (camarógrafos, músicos, gigolós, actores
de reality, estrellas de WhatsApp, adoradores del humo). Y ahí va el Deportivo
Rejunte, camino de pasar de un hábito a una tradición.
Más de 15 años
de historia atestiguan esta hermosa transformación que amenaza con expandirse
hacia límites insospechados. Piensen en algo. La mayoría de los que mañana van
a participar de este hecho sin igual que es el primer partido del torneo,
llegaron al equipo por amigos que los acercaron, y tal vez estos amigos ya no
siguen más, y ustedes sí. Y será que pronto ustedes mismos acerquen amigos para
engrosar las filas de la kermés, y así es que desde hace más de una década,
Deportivo Rejunte no sólo es un hogar para el refugio de aquellas almas
apasionadas por el fútbol, sino también un espacio de pertenencia, podría
decirse una referencia en el ciclo vital: cualquiera que nos aprecie, que nos
quiera, que nos conozca, sabrá que cada domingo juega el borracho del pantano,
y que nuestros corazones y almas estarán profundamente abocados al
acontecimiento.
Cuando los
momentos más importantes de tu vida (tanto los buenos como los malos) están
atravesados a lo largo del tiempo por tu equipo de fútbol, es muy difícil
volver a verlo como un equipo de fútbol sin más. La definición se queda corta.
Mañana no sólo van a estar comenzando una competencia aguerrida y que será
luchadísima hasta el final en Categoría A del Torneo de la UBA (la segunda de
más importancia) sino que estarán comenzando a participar de una tradición que
podrá ser de las más maravillosas que puedan experimentar dentro de los
mortales límites. Deportivo Rejunte viene de dos ascensos consecutivos
incluyendo una estrella de campeón en la C. El torneo pasado lo encontró
peleando para mantener la categoría y ahora, con gente nueva como en cada año,
buscará su camino, una nueva oportunidad para competir y para seguir
manteniendo viva la llama de la tradición, que se alimentará con lenguas de
fuego recién encendidas. Bienvenidos a la locura del borracho putañero, otro
año más y esa sensación hermosa los días previos que te hace levantar al palo y
con ganas de comerte al mundo, con el humor al 100 y con la energía de una
comadreja en celo. ¡Ay santa Madre!
A los más
viejitos del plantel: atesoren estos momentos, disfrutenlos también al máximo,
tenemos la suerte de estar otro año más, con nuestras lesiones y achaques,
compitiendo a un nivel envidiable. El esfuerzo no es en vano, esa estrella
ganada hace unos años lo dejó bien en claro. Ha pasado mucha gente increíble
con nosotros, ya no vamos solos a la cancha, nos acompañan nuestras familias y
amigos ¿qué otra cosa más podemos hacer que dejar todo? Porque ya lo dijimos
hace mucho tiempo y por más que se peleen en WhatsApp enfrentando distintas
filosofías futbolísticas entre bilardismo, menottismo, guardiolismo, bielsismo,
y la mar en coche, dejar todo no es sólo meter la pierna fuerte o jugar a
intensidad demencial. Dejar todo también es desmarcarse para recibir la pelota,
ayudar a recuperarla desde cualquier sector posible, encarar y patear al arco.
Cuando tu equipo ya no es más sólo tu equipo y ya es parte de tu vida, dejar
todo es también ayudar al otro, hacer que sea mejor, facilitarle las cosas y
sobre todo, bancarlo y alentarlo.
Ahora sí, y sin
más preámbulos, sean bienvenidos al banquete celestial. En otras palabras, esa
ansiedad que hace que estés armando el bolso desde tres días antes, contando
las horas como los recluidos en prisión, rezándole a tus santos y soñando con
una asistencia a un compañero, un gol, un corte a tiempo, una atajada…. No
tengan miedo a darle cuerda a esta máquina de emociones llamada Deportivo
Rejunte. No te va a dejar de garpe. Y como siempre, hasta la victoria siempre
que haya escabio.
Leandro
Nota de la Redacción
Leandro Piñeiro,
Piña, Piñata, Leandrogado en IG (no se por qué), es un Rejuntero de alma.
Mezcla perfecta entre un hipster palermitano, Flea y Axel Kuchevasky, en la
década pasada ingresó a este grupo demencial y con tenacidad, toque sutil,
desmarque, juego aéreo, desborde, sacrificio y firuletes varios se ganó un
lugar en el once inicial del equipo como lateral. No en el once inicial de cada
temporada ya que habitualmente faltaba a esa cita a la que los convoca mañana y
aunque las malas lenguas del conurbano digan que era por temor él siempre lo
desmintió aduciendo cuestiones de cábala. A tal punto fue su injerencia en el
equipo, en la cancha y en la organización (épocas de convocatoria por mail) que
al momento del debut de este redactor, el 4 rejuntero era el capitán
indiscutido del team.
Pero además, es
el predecesor, fundador y alma mater de este espacio virtual, inventor de
denominaciones como “el borracho putañero” o “la kermés fluorescente” para
referirse a Deportivo Rejunte. Lo de borracho y putañero dicen que está
inspirado en alguien que viene de Comodoro Rivadavia pero no vamos a decir de
quien se trataría, y la kermés fluorescente tiene origen en esas ferias
medievales en las que se podía encontrar de todo, como en Rejunte, cuya
camiseta de antaño recuerda a esas abejitas amarillas o a los bichitos de luz
que los que vivimos cruzando la Gral. Paz tantas veces vimos en la infancia.
Gran
responsabilidad tiene Piñata en que este grupo haya sido lo que fue y lo que
es, con un invalorable aporte a la comunión rejuntera con sus crónicas
realmente demenciales y que llevaron a esta redacción a fanatizarse con el
equipo, como aquella en la que seguramente bajo efectos del cáñamo sagrado
relató la historia del marciano que vino a la tierra a aprender sobre fútbol, y
justo le tocó ver a Rejunte (último) contra el puntero del torneo porque no le
alcanzó la guita para ver un partido profesional (http://deportivorejunte.blogspot.com/2010/11/campeonato-2010-14-fecha-rejunte-vs-y.html).
Las vueltas de
la vida llevaron su desarrollo profesional a tierras aztecas, donde adquirió
modismos típicos del norte pero que no lo hicieron olvidar de sus dos pasiones
con R: Rejunte y Racing, y por eso gritó bien fuerte y en streaming el gol del
Gato que coronó un campeonato al igual que aquel de Bedoya en 2001 que llevó a
su Academia a lo más alto después de 35 años.
Ahora desde la chingada concha de su madre alienta partido a partido a la distancia, sufre y goza junto a los rejunteros y sin lugar a dudas, brevemente ingresará al hall of fame de la historia de Deportivo Rejunte.
Gracias por
tanto y perdón por tan poco Piñata, no te merecemos.
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