Así no me vas a coger, pelotudo!

Ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones y a través de distintos medios, como aquella vez que nos entrevistaron en la revista de Namberwan y habló Beto Martínez y dijo: "Sólo dos cosas les pido a mis jugadores: que no abusen del pelotazo y que no entreguen el culo tan fácil. Me costó con algunos, pero de a poco lo fueron entendiendo. A veces les pido algo de guita, pero nunca tienen los hijos de puta". Entonces, esta crónica no los llenará de fútbol, el partido fue chato hasta que el equipo armó una jugada de tres toques que Lucho definió con clase. Pero lo que queremos recordarle al lector y a más de un distraído es que de guapo no le ganan al borracho.



Después del parate de dos semanas volvía a jugar Rejunte y recuperaba en esa movida a algunos jugadores, con lo cual, Beto Martínez afrontaba el encuentro con algo de variedad para pensar la mejor forma de hacer las cosas. Así fue entonces como salió el borracho a la cancha frente a un equipo como Oruga, que ascendió apenas el año pasado a la categoría. Está claro que los chicos no recordaban cómo había terminado el asunto aquella vez: victoria fluorescente 3 a 2 en un caótico escenario donde íbamos ganando 1 a 0, nos lo dieron vuelta 1 a 2 y lo terminamos ganando 3 a 2. Un quilombo de números si estás muy en pedo o drogado pero dan cuenta un poco del espíritu del cual les hablo.

Entonces, el equipo en la cancha, jugando un poco, tratando de ser protagonista pero sin encontrar la manera de hacerlo prolijamente ni de forma organizada. Algunos pelotazos, corridas, centros y tiros libres que representaban el dominio de Rejunte en el juego pero no así en el marcador. En los primeros cuarenta minutos no hubo ocasiones netas de gol para ninguno de los dos, algunas pelotas complicadas bien resueltas por los arqueros y las defensas que andaban bien paradas y no mucho más. La sensación era que los guachos de la kermés tenían las mejores intenciones sin saber cómo traducirlas al gol.

Para el segundo tiempo Beto movió un poco el banco y el equipo salió a seguir intentando. Y fue en esta parte del juego que se dieron encadenadamente las emociones, porque Rejunte no sólo llegó al gol sino que se salvó de orto del empate. Incluso podría haber arrancado perdiendo, porque cuando iban 20 minutos para que la cosa se termine, Mariano rompió el hielo mental al tapar con la gamba un mano a mano en donde entraron por izquierda y que despertó las almas de los borrachos fluorescentes. A partir de ese episodio, el equipo se animó más sabiendo que si nada hacía probablemente las cosas terminaran feo.

Y bueno, apurando un poco más la cuestión, Rejunte agarró la pelota y empezó a mostrar más decisión en sus jugadas, no sólo desde los arrestos individuales, sino también desde lo colectivo, moviéndose más, subiendo a los laterales, apostando al juego asociado y en una linda maniobra grupal se armo un trío porno entre el Negro, la Lombri y Lucho que terminó en el único y suficiente gol de la kermés. La cosa se dio así: César en lindo movimiento dejó atrás a dos players de Oruga y descargó para Santi que al borde de la medialuna aguantó la bocha. Ya en este momento se escuchó el alarido demencial de Lucho que pasaba por atrás como una cortadora de pasto descontrolada "SANTEEEEEHHHH". En ese segundo, el lombri giró y tocó suave para la entrada del lateral fluorescente que ya dentro del área y recostado sobre la derecha, se perfiló como un 9 de área y con la cara interna del pie la coloco con chanfle al lado del palo. Terrible definición y debut en la red de Luchito.

Tras el gol hubo 5 minutos de descontrol fluorescente que pudieron haber terminado en el empate de Oruga. Lo tuvieron con su goleador que saltó perfecto a cabecear un gran centro desde la izquierda pero su remate dio en el palo, permitiendo respirar a Beto Martinez que se estaba comiendo el mate de ver cómo su equipo hacía cualquier pelotudez y reventaba la bocha desde cualquier sector de la cancha. Tras ese lapso, Rejunte se calmó y pensó un poco más. Tuvo la pelota y hasta espacios para liquidar la cuestión, pero no se dio. Al final el asunto se calentó un poco, el arquero del rival armó gresca tras un claro foul que no le cobran a Santi cuando se iba en solitario al gol, y bueno, los minutos finales fueron medio guerrilleros, con ellos metiendo pelotazos, gritando, discutiendo con el árbitro y nosotros tratando de no volvernos locos en medio de todo ese quilombo.

El pitido final llegó tras una pelota que se fue al lateral y en seguida se escuchó el grito desquiciado de Herno: ¡¡Vaaaamos Rejunte Carajooo!! con el cual descargaba su angustia y festejaba al mismo tiempo los 3 puntos que van a llenando la tabla. A descansar señores, todo saben que el próximo partido es un clásico y queremos estar metidos hasta las pelotas en el tema para festejar. No nos apuremos, todavía falta y necesitamos mejorar el juego para lo que se viene.

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