domingo 22/08 15 hs - cancha 2 - ciudad universitaria
rejunte se comió un bambi tiernito
y lejos de hacer una metáfora pornográfica sobre los gustos sexuales de aquel pervertido ex jugador de fútbol, ex técnico y actual pelotudo que sale en todos los programas de tv diciendo idioteces (¿saben de quién hablo?), con ese título inicial resumo precisamente lo que fue la segunda victoria consecutiva del depor ante un rival duro que sólo supo pegar patadas y que solo inquietó al final con cascotazos al rancho.
vamos a ser sinceros. el partido, pautado a las 15.30 encontró a todo el equipo puntual entrando en calor y haciendo forradas con la pelota a un costado, algo inusual dado que el match anterior salimos con lo justo y en los anteriores a este todos llegábamos sobre la hora. señores, si quieren llamarme puto haganlo, pero el partido se empezó a ganar ahí, con todo el equipo junto y concentrado, viendo a los rivales, analizándolos, armando una estrategia para cada movimiento, pensando en ganar a como de lugar. al margen de esta apreciación homosexual, parecía que la lluvía enmarcaría de nuevo otras fangosa batalla entre dos rivales con casi la misma cantidad de puntos y claro, las putas mismas necesidades. el DT apostó a ganador: se jugó otra vez por la compacta línea de tres y pobló el mediocampo de gente que juega, pega, mete, corre y patea al arco. arriba quedaría pablo para aprovechar cualquier oportunidad.
los primeros minutos fueron prácticamente para la diarrea, como se acostumbra en la categoría, pero con el correr del reloj la cosa fue tomando color, el medio agarró la bola, la empezó a mover por las bandas, por el medio, por atrás y los espacios se fueron generando. pasados 20 todo era del equipo verde fosforescente, y cuando digo todo no exagero: leo y fede habían encontrado la pelota, buscaban a nacho, un movedizo nacho que corría para todos lados y cuando la tenía lo buscaba a pablo y asi, de a poco, la sensación del gol estaba al caer. es que con cada avance de rejunte parecía que la defensa rival se iba a romper de un tropiezo. dos o tres veces encaró pablo a lo guapo y casi queda mano a mano. el ruli hizo lo mismo, con la confianza de haber hecho un gran fútbol la semana pasada esta vez entró con la misma actitud: se cargó a todo el medio rival y fue acelerando el proceso a pura fuerza. lo tuvo con dos tiros desde afuera, incluso un centro atrás que podría haber enganchado el planta que venía mejor perfilado. pero claro, raul es así, raul corre y mete y llega antes que todos y con eso se quedó con algo importantísimo: todas las pelotas divididas fueron de rejunte. acá se notó también la vuelta de maurete al primer equipo, porque entre el, ruli y leo, todas las complicadas, las que había que meter pata, en todas esas, rejunte ganó siempre. entonces cuando mauro robaba, salía con leo que estaba al lado, o si leo quitaba tocaba con ruli, siempre cerca, y con esa metodología el medio rejuntero era algo insoportable para cualquier intento rival.
de a poco, como haciendo un orto cerradito, de esos hermosos, carnositos, rejunte fue mojándose el dedo, haciendo presión, una y otra vez, de acá para alla, de a uno o entre muchos, despacito, despacito, escupiendo de nuevo, siempre delicado, y cuando se dio cuenta, el equipo tenía metido el antebrazo hasta las hondas profundidades del ojete rival. sí, porque la clave de este partido, más allá de que se jugó bien al fútbol, fue el orden. la línea de tres más petisa de la historia estuvo de nuevo impecable, sacando de arriba y de abajo, pese a que el 9 de ellos nos aventajaba fáciilmente por medio metro. y bueno, con los delanteros de ellos controlados todo fue del medio rejuntero, que cocinó el único gol del partido. la cosa fue más o menos así: no me acuerdo quien mierda se la robó a uno de ellos y la pelota quedó boyando por ahí, por la izquierda, leo la agarró y abrió para el planta, bien, bien tirado sobre la derecha, con espacios avanzó 5 metros pasada la mitad y cruzó una suerte de centro-pelotazo al área, el balón iba directo a la cabeza de nacho pero el guanaco engañó a toda la defensa contraria: amagó un cabezazo y la dejó pasar. la bocha le quedo servida a fede que tuvo tiempo para controlarla y cuando el arquero se le venía con todo el power se la tiró por arriba. ese momento fue mágico: la muy conchuda picó una vez, dos, y se metió tímidamente por el costado, parecía que no iba a entrar nunca y nadie lo quería gritar hasta que pasó apenas la línea y los rugidos que estallaron fueron superiores a los que provenían del monumental. gol de rejunte, golazo de rejunte, orden y progeso, como reza la bandera de brasil.
el primer tiempo se fue muy tranquilo para el equipo, que además del gol tenía la pelota, no la rifaba y tocaba todo el tiempo. antes del final se supo cómo iba a ser la segunda parte: los bambis empezaron a repartir patadas como loco y el colegiado de turno, un septuagenario cara de orto que dirigía desde el círculo central, empezó a mostrar amarillas a todas las zancadillas y cabriolas y manotazos, tanto de ellos como nuestras. con el pitazo divisor, el DT mandó a que sus players se refrescaran un poco: y sí, de adentro no se ve, pero de afuera parecíamos unos subnormales con las facultades mentales alteradas, con las revoluciones a mil por minuto y sacadísimos. no era para menos, estábamos en plena salsa rejuntera, pero claro, el segundo tiempo no podía ser el mismo, no daba para salir con la locura de siempre y beto lo entendió. agua para todos, calmensé muchachos, ahora a tocar, a buscar espacios, ellos son más pesados, vamos a hacerlos correr, pero tengamos la pelota, busquemoslo a fede que la mueva, patiemos al arco. con esos mandamientos en la frente, salimos la segundo tiempo.
con esa actitud agresiva pero carente de ideas, los bambis plantearon un partido más dentro de nuestro campo pero sin generar peligro real: tiros desde muy lejos, pelotazos frontales, centros largos, gambetas bien cortadas por el pela o hernán, en fin, todo seguía igual que antes con la diferencia que ahora ellos tenían más la pelota y estaban haciendo trabajar a juan. y vamos a decir la verdad, el arquero rejuntero estuvo a la altura de las circunstancias: no dio ningún rebote con todos los tiros y ladrillazo que le llovieron, tapó avances peligrosos, y siempre atento cortó centros, salió con decisión y hasta uso los puños cuando hizo falta: gran, pero gran actuación de un arquero seguro que obligó siempre a sus defensores a estar al palo y los ubicó tácticamente cuando hizo falta (nota al pie: tenemos que buscar un reemplazante para el próximo match, juancito se toma vacaciones y el ruli no puede atajar bajo ningún punto de vista: a moverse equipo). y pasaban los minutos y nada con los bambis, y de a poco nos fuimos metiendo atrás, casi por inercia, un error que podríamos haber pagado caro, pero por suerte el susto más grande fue un rebote en el travesaño de un tiro libre complicado desde el costado. después de eso, calma, pura calma. nos quedamos con uno más cuando le pegaron al rulo de atrás luego de que robara una dividida. y se vinieron igual, pero no sería fácil: leo pegó, el pela pegó, yo pegué, vosotros pegasteis, y asì, repartiendo un poco cada uno los fuimos alejando de su deseo de empatar. claro, pegando un poco que a veces es necesario.
pudimos aumentar la diferencia pero no estuvimos filosos. seguimos intentando hacer goles, pero no se dio, había que aguantar, aun con un hombre de más, y a rejunte no le pesó, se bancó los cascotazos y como un jabalí al que lo pinchan con un palo dentro de la jaula, rechazaba todo lo que pasaba por su territorio. los bambis seguían nerviosos y tontos, y desde afuera nuestra gente arengaba y hacia el aguante. entró fernando por nacho para darle más marca al medio, salió maurete y entró adrián para cerrar la banda izquierda y gus, con todas las pilas, entró para darle oxigeno al planta que no daba más de correr por la banda derecha. con aire fresco, y más huevo que nunca, la tarde se caía con un sol naranja que parecía un botón que cualquier ser supremo podría presionar para activar la destrucción del mundo. el árbitro adicionó tres, hernán le pedía por favor que lo terminara para ir a comer los ravioles tranquilo, y así fue. final feliz, 6 puntos consecutivos para rejunte, valla en cero, dos victorias al hilo con buen fútbol, actitud y mística verde.
el pantano de ciudad universitaria fue testigo, una vez más, del ritual ganador: un super cogollo made in paternal que se quemaba lento acompañó la caída del botón destructor sobre los árboles del norte mientras nacho y gus hablaban de cosas que no me acuerdo, pero que seguro eran para cagarse de la risa. claro, después de comernos un bambi quisimos el postre.
leo p.
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