Una botella rota no es el fin de la borrachera

La kermés fluorescente hizo su presentación en el Torneo 2015 de la UBA con caída dolorosa ante un clásico rival de la categoría. Sin merecer los palos pero tampoco sin haber encontrado la mejor forma de darlos, el equipo dejó los primeros 3 puntitos en la renovada cancha 6 de Ciudad. A no desanimarse, esto recién comienza: quedan 18 fechas en donde todo puede pasar.

Deportivo Rejunte 0
Gatorai 2

 

 La lluvia, que todo lo convirtió en especulación y misterio desde las noches previas, comenzaba a soltarse suavemente en la mañana de sábado. Aún bajo ese cielo que amenazaba con desmoronarse explosivamente, los rejunteros fueron llegando a la cancha 6, con la jeta dormida, arrastrando las gambas, pero con el ánimo templado de saber que era la hora de salir a luchar por los puntos. Mate por medio, se fue dando la charla técnica y la entrada en calor, una atmósera agradable del grupo combatía severamente las condiciones climáticas y la llegada del árbitro activó la locura mental: PASIÓN FLUORESCENTE MODE ON.

Dalmiro

Piña Herno Néstor Licha

Jack Ciarlo Mauro

Cesar Mosca

Perro

Como toda primera fecha de torneo, el partido arrancó friccionado, mucha pelota larga e imprecisiones. Hasta que el borracho dcidió jugar por abajo, y de a poco, Rejunte se iba haciendo dueño del primer tiempo. Bien parado, rápido para tocar y con movilidad, el team iba intentando el juego que le daría las primeras ocasiones claras del partido. Iba a llegar de la mano del 9 beodo que tiene la kermés, el Perro de Villa Raffo, que durante la primera mitad estuvo muy movedizo y se entendió bien con Mosca y Cesar para encontrar los espacios y lastimar. El problema era cuando se perdía la bola, el rival apretaba hasta el fondo, pero no lograba inquietar. Así las cosas, Rejunte fue buscando la manera de lastimar. Lo tuvo el Perro cuando la intentó colar por arriba al arquero, pero un defensa la reventó cuando se  metía. Cada avance de Mauro era doble peligro, a favor porque Cesar y Mosca podian recibir y tratar de meter el pase gol, y en contra porque al equipo le costaba mucho retroceder cuando todo el medio se volcaba al ataque.

Sin embargo, cuando mejor estaba la kermés, el rival pegó primero. A los 30 min quiero jugar una bola a la derecha pero me anticipa el tiro un carrilero, se la da a un compañero que muy rápido mete una pelota cortada entre los centrales para dejar al 9 mano a mano con Dalmiro. Injusto el resultado, el equipo no merecía perder, pero un error defensivo en la salida ponía el partido cuesta arriba. Sin bajar la intesidad, Rejunte buscó el empate con fuerza, y lo tuvo otra vez con el Perro, pero el arquero rival a puro reflejo sacó su remate bajo al primer palo. Los minutos pasaban y si bien el team tenía la bocha, la movía mejor, no hallaba la manera de entrar con claridad a la zona de peligro y lo comenzaba a padecer por la desnaturalización de las cosas producto del 0 a 1.

Para el ST entró Fede por César mandando a Mosca de 9, pero así estuvo más lejos de la pelota y le costó asociarse con el resto de los players. Los primeros 15 minutos fueron todos de Rejunte que controló la bola y arrinconó a su rival que aguantaba a base de foules y amarillas. Una gran cantidad de tiros libres y corners a favor fueron sucediéndose de manera frenética. Pero el borracho no estaba fino con la pelota parada y ni siquiera podía aprovechar lo poco que el rival otorgaba en la cancha. Las sensaciones eran nuevamente positivas, teníamos la pelota, las intenciones de jugar y atacar, pero no podíamos filtrarnos con claridad entre la última línea ni encontrar una zona de tiro al arco para empardar el asunto. Y se repitió la escena: cuando todo era fluorescente, un rechazo corto de la defensa le quedó servido a un rival que adentro del área y en posición inmejorable le pegó fuerte arriba y sentenciaba el match.

Entraron Planta y Pablo por Nestor y Mauro, el equipo pasó a jugar con 3 defensores y el riesgo se incrementó industrialmente. Cada avance no terminado de Rejunte era contra con peligro de gol para el rival que tuvo muchos acercamientos a la zona frágil de la kermés durante la parte final. Con más gente en el medio y arriba, pero sin encontrar cómo aprovecharlos en el juego y espacio, Rejunte caia preso de la impotencia y se exponía a una goleada que no sucedió porque el rival tampoco estaba tan fino arriba: su trabajo fue aprovechar los errores nuestros y ahí tuvieron su negocio. Nosotros no supimos nunca como entrar y pagamos caro el atrevimiento de querer ir a ganarlo. Pero a la larga esto se termina revirtiendo muchachos, pese a la derrota la sensación que me queda es de satisacción porque el equipo intento jugar pese a las circunstancias y hubo mucho apoyo entre los compañeros.

El partido se moría. Mosca iba a tener tiempo para una que otra vez el arquero sacó a puro reflejo y casi llegamos al descuento en el décimo tiro libre a favor del segundo tiempo, una pelota hermosa de Planta al segundo palo que cabeceó Herno con fuerza, pero el arquero estaba bien parado y la embolsó con seguridad. Ya no había mucho tiempo pero Rejunte igual lo intentaba: entró César por Ciarlo y más gente buscando el gol del honor. Pero el gol se disipó entre la neblina, no así el honor, intacto en mi equipo que lo intentó hasta el final con todos los recursos disponibles. Mal trago amigos, no por ello una tragedia, es recién el primer partido, queda banda de torneo por delante. Hay que seguir bancando como hasta ahora, el grupo está más unido que nunca, eso se nota fuerte, tenemos que hacerlo andar entre todos y lo vamos a lograr.

Al pedo sería decirles que me hubiera encantado arrancar con una crónica victoriosa, de esas celebratorias, con muchas puteadas y palabras mágicas, pero esto es Rejunte, no hay espacio para la ilusión infantil, hay espacio para el trabajo duro, el compromiso, las ganas, el esfuerzo y la amistad. Para salir adelante tenemos que ser conscientes de lo que podemos dar y hasta donde está claro que tengamos de alta la vara, de nuestras expectativas y también, de lo que cada uno pueda rendir en el campo de juego. No podemos ser tan pedorros de caernos apenas recién comenzada la fiesta, jugar con Rejunte es un sábado eterno, una noche sin final, una gira interminable. Tenemos la gente, las ganas y la locura: no podemos fallar. Hay cosas para mejorar, pero vamos por la senda correcta, no me cabe ninguna duda.

Cuiden las gambas. Tal vez en una semana tengamos revancha

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