Ya lo dijo el Carpo: a las cosas hay que saberlas tomar

Un punto es un punto, y al final del día, siempre es mejor uno que cero. Siempre es mejor un polvo que cero, aunque sea malo o con el pito medio muerto. No hace falta ser científico para comprobarlo. Entonces, desde esta premisa filosófica dictaminada por Norberto Pappo Napolitano, arranco la crónica del empate en el clásico, estruendosamente. Porque veníamos de dos derrotas seguidas y así como lo veo yo, de cara al fin de semana, la tenemos que romper.

 

La cosa estuvo peluda frente a los viejos conocidos de Tarea Fina. Un partido tradicional de la categoría, casi un fundacional. Supongo que algún día alguien levantará una placa en algún lugar del predio con una inscripción en comic sans que conmemore a ambos equipos y sus enfrentamientos. Ya ver a la familia completa de los rivales, hijos, esposas, perros, carritos de niños, mate, nada más daba ganas de jugar. Con respecto a al furbo, Rejunte arrancó ganando con golazos del Perro y Zizzi, que fueron el resultado de un primer tiempo jugado con intensidad y orden. Durante el complemento estos factores se invirtieron, el equipo sufrió dos goles en contra y la cosa terminó empardada. Casi como viene sucediendo desde hace 4 años consecutivos frente a ellos. Les arrancamos ganando y nos empatan. Es decir, el que viene a ver un partido entre Rejunte y Tarea Fina ya sabe cómo termina pero igual viene a sorber de las emociones imperantes en el terreno de juego, que en realidad es de lo que viven los amantes del furbo que se congregaron en masa para vociferar y canturrear alocadamente.

Si me meto en el pensamiento de mis compañeros de equipo, algunos pensarán "qué cagada, nos dieron vuelta un partido que teníamos ganado", y bueno, sí, técnicamente fue así, pero también estoy seguro de haber entendido reflexiones del estilo "pero al menos rescatamos un punto, porque lo podíamos haber perdido", cosa que también es cierta, vale afirmar esta observación, si tenemos en cuenta lo que una tercera derrota consecutiva podría haber causado en el equipo, cosas como desgarramientos peneanos, Lucho dejaría de asistir a sus clases de teatro, fatalidades de ese estilo con las cuales no estamos seguros de querer lidiar. Entonces, tal vez entre un mate que viene frío y me da un poco de ganas de ir a cagar, pienso que el punto sirve, que tenemos que tomar lo que dijo Pappo y hacer que este punto valga de cara el próximo partido.

Cosas para restacar, como siempre, el buen primer tiempo en general, la vuelta al gol del Perro y la aparición goleadora de este año para Nico Zizzi. Y algo fundamental: pudimos sacar un equipo completo a la cancha y hasta hacer cambios...Hijos de puta, ya van a ver. Gracias a César y a Mauro que bancaron, más vale como siempre, y Beto, armando lo que puede con lo que tiene. En fin, es el momento de mirar hacia adelante.

Viejas, vamos entrando en etapa de definiciones, se está acabando el cuentito del "recién comienza todo", porque ya vamos por la fecha 8, casi mitad de torneo, y el borracho necesita demostrarse a sí mismo cómo van realmente las cosas. ¿Por qué? Porque los demás equipos avanzan y si nosotros nos quedamos en punto muerto, este campeonato lo va a terminar jugando Beto con sus amigos de la remisería y alguno del estacionamiento que esté al pedo por ahí. Vos te reís pero es triste, es triste y a la vez es interesante, porque te pone en un desafío ¿no? Pensar ¿para qué carajo voy a seguir yendo a jugar si no peleamos una verga? Bueno, ahí tenés, para pelear, para estar al palo, necesitamos ganar este sábado, cueste lo que cueste. Me gustaría decir "o habrá corchazo para todo" pero saben que no es mi estilo, digamos, yo soy una persona más bien coherente, no tanto adentro de la cancha, estamos de acuerdo.

Entonces, creo que he sido claro: HAY QUE GANAR ESTE PUTO SÁBADO.

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