Deportivo Rejunte nunca pudo encontrarle la vuelta a Cosa Nostra y la mafia sacó provecho de su turbio negocio. Primero le dio la pelota al borracho por poca guita como entregándole una puta fiestera VIP para divertirse, pero a medida que pasaba la joda y circulaba el juego fluorescente, la guacha no quería entregar. El borracho tenía buenas intenciones, las mejores del día, pero el asunto estaba cerrado con un cinturón de castidad forjado en hierro. El calor teminó de liquidar las aspiraciones rejunteras y la mafia se fue conforme con su estafa, pensando que hasta podía haber sacado una mejor tajada...
No ganamos, está bien, pero fue un excelente partido de la kermés si no fuera por el mero detalle del gol ausente ¿no? El golcito. Esa cosa loca que le permite a uno ganar. Mientras volvía por la Gral Paz a 145 km/h en el bólido de Espacial, el guacho me decía: “Para mí hoy fue el partido que mejor jugamos, nos faltó ponerla”. Y bueno, nos quedamos todos más o menos calientes con el asunto apenas había terminado, pero la cerveza post-match había levantado los ánimos de toque y se pudo confirmar el hermoso momento grupal que atraviesa la kermés, fraternalmente unida para dar lo máximo de sí en esta intensa etapa que nos queda por delante.
A las heces me remito. Rejunte comenzó el partido ordenado y buscando controlar la pelota desde el principio, intención que los mafiosos de Cosa Nostra no vieron con malos ojos debido a que su juego también estaba planeado de antemano. Si hablamos desde la previa, el partido se dio tal cual lo imaginamos ambos equipos. El plan fluorescente era tener la pelota y tratar de generar juego desde el dominio y la circulación. El plan mafioso era aguantar y apostar de contra. Y así se dio, y así lo determinó cada equipo a conciencia y por ello la cuestión salió bastante incierta porque en el resumen de lo acontecido, queridos señores, cualquiera de los dos podía haber ganado.
El primer tiempo fue durísimo, tan duro como llegar puntual a la hora pautada. Floja esa actitud en el equipo, se deberá mejorar la próxima. De movida nomás se vió que todo el partido iba a jugarse intensamente por una doble cuestión: el medio fue desde el primer momento controlado por Rejunte que tenía como desafío tratar de vulnerar la última línea defensiva de Cosa Nostra que se parapetraba con orden y aguante, y en ese tramo se concentraba uno de los bardos a desenrollar. Pero a la vez el rigor se sintió en el fondo propio, porque al jugar con el medio tan arriba, el pelotazo rival llegaba a tierras fluorescentes con igualdad numérica con los puntas que recibían (cuando recibían limpios), y ahí los mafiosos tuvieron sus chances para desnivelar.
Ahora estoy un poco perdido por el bordolino que me tomé recién para bajar la morcilla, peeeero no recuerdo grandes acciones de peligro para ninguno de los dos arcos durante la primera mitad. Tal vez una pelota que se fue cerca del travesaño tras una atropellada por Hernán en uno de los tantos centros que tiramos. Rejunte era remate desde afuera del área pero nunca desde una posición cómoda, centros que venían de foules mafiosos y algunas pelotas llovidas que el Lombri, Feli o Fede metían a la olla para ver si saltaba la tapa. Pero nada de eso estaba cerca de ocurrir. La más clara la tuvo Fede, que puso un tiro lindo desde la derecha que el arquero mafioso sacó con elegancia al corner por arriba. Después fue todo forzado. Del lado mafioso algunos tiros también desde lejos o incómodos bien resueltos por Diega que no tuvo mayores inconvenientes. Para tirar una estadística del primer tiempo sobre los tiros al arco ejecutados por Rejunte fueron 3 de Fede, 2 de Julián, 1 de Nacho, 2 de Santiago, 1 de Feliciano y hasta Ciarlo tuvo 2 chutes, pero ninguno había podido colarse en la red.
Desde la teoría el trámite se resolvería rompiendo la línea de 3 centrales clavados en el área chica que ponía Cosa Nostra para despejar todo lo que cayera por allí pero no tirando centros, sino por el medio, encarándolos, obligándolos a salir y generar el espacio para un pase en cortada o un remate más cómodo. El segundo tiempo arrancó bajo ese mandamiento, pero tampoco se pudo cumplir. De hecho, los primeros 10 minutos de la etapa final fueron de los mafiosos, que a puro guapos se habían acercado peligrosamente 2 veces al área fluor: primero con un remate desde afuera y minutos después con una volea de un volante de ellos al que Nacho había perdido y que recibió solo en el área un lindo pase de cabeza.
Tras esos minutos de turbulencia, todo volvió a ser de Rejunte. La réplica fluorescente vino a través de una bola que cayó en Santi y que ante la salida del arquero quiso tocar por arriba pero se fue apenas a centímetros del travesaño. Tal era el afán de salvaguardar el 0 en Cosa Nostra que uno de los muchachos mafiosos casi pierde la vida al seguir esa bola y quedarse colgado dentro de la red, cayendo estrepitosamente de espaldas con el glamour de una bolsa de papas. A los 20 minutos entró Cesar para ver si se podía generar ese pase fulminante del que habíamos hablado en el descanso. El Negro comenzó a tener la bocha y en un lindo movimiento, apareció desmarcado por delante de la última línea mafiosa y metió un pase en cortada para Santi que quedó mano a mano con el arquero, pero la bocha no corría limpia, las matas del terreno la levantaron y la definición del Santi voló demasiado alto y ahogó el grito fluorescente.
Lo podían haber ganado ellos con una jugada individual de su delantero que Diega cortó cuando lo encaraba mano a mano con destino de gol. Lo pudo haber ganado Rejunte con una excelente bocha cruzada de Fede que lo dejó solo a Feliciano contra el arquero, pero su tiro salió al pecho del 1 que otra vez se ganaba los aplausos de la tribuna. Rejunte siguió intentando hasta el último minuto, pero ya no tendría otra clarita para mojar. Por más que el equipo iba una y otra vez, no lo hacía de manera inteligente y chocaba con la pared mafiosa que a esta altura, se había aguantado todo con mucho orden. Tiempo cumplido, Ciarlo le fue a pedir la correspondiente adición al juez, mínimo debía dar 5 minutos por las distintas lesiones y caídas y teatros mafiosos, pero el colegiado, con mucho estilo, dijo: “No le hicieron un gol en 80 minutos ¿querés hacerlo en 5?”. Y sí, si había 5 minutos más los íbamos a seguir jugando pero probablemente no hubiéramos podido ganar. En fin, la cosa terminó en 0, los dos equipos se saludaron y cada uno fue a pensar lo que había hecho aquella calurosa mañana en Ciudad Universitaria.
Ya a la salida, yendo para el bar, uno de los capos mafiosos me dice: “A ver Piñata qué ponés en la crónica eh, yo conté 8 situaciones de gol para nosotros” ….y las empezó a enumerar. Pero bueno, ya que estamos tirando ping pong le damos el gusto, fueron 8 llegadas de Cosa Nostra (lo afirman en su blog) contra no menos de 16 de Rejunte. Y respecto a la posesión de bola y dominio, si vamos a las estadísticas, habrá sido un 70% fluorescente. O sea, si alguien mira esos números duros y no le dicen el resultado, piensa que estábamos hablando de una goleada rejuntera, pero no señores, fue un 0 a 0 entretenido, intenso y que a pesar de los dispositivos tácticos, números y vergas teóricas, cualquiera de los dos podía haber ganado. Cada equipo apostó a su juego y casi se lo lleva, con sus mañas, con su fútbol, con lo que sea, tanto uno u otro se podían haber ido con los 3 puntos si aprovechaba la que tuvo.
A recuperar las pilas rejunteros que todavía falta mucho y la seguimos luchando.
Nos quedaron los huevos llenos y pesados, pero no se preocupen porque el próximo fin de semana nos sacamos toda la leche.
Un abrazo y a no aflojar
Piñata